Inicio de ensueño para la SD Logroñés

El inicio del partido respondió al guion que se podía presumir. Mucho respeto por ambos equipos, minutos de estudio del rival, sin arriesgar la pelota y soltándose los nervios que acompañan a cualquier estreno en una competición.

Fue la SD Logroñés la que aprovechó mejor su verticalidad. Primero para anotar aunque el gol fue anulado por fuera de juego. Y posteriormente para sitiar al portero local Azón que se mostró resolutivo para abortar el peligro.

Pero el fútbol es caprichoso y fue el Calahorra el que se adelantó en el marcador gracias a un tanto de Chus Villar, que supo sacar provecho a un error de coordinación entre el portero Uri y su defensa. Se rozaba la primera media hora de juego.

El tanto local animó el partido que desde ese momento aumentó en intensidad. La SD Logroñés pisaba campo del Calahorra con determinación en busca del tanto del empate. Y llegó en el minuto 38, gracias a un remate de cabeza de Raúl Rubio en el área tras un medido centro de Nacho. Pidió disculpas el delantero blanquirrojo ya que la pasada campaña jugó en Calahorra. El público rojillo se lo reconoció.

Las tablas en el marcador hacían justicia a lo visto durante la primera parte del derbi. De todas formas, antes del descanso Jorge Martínez-Losa no pudo dirigir mejor un centro desde la derecha y el balón se fue por encima del larguero.

No hubo tiempo para más. Un saque de esquina de los locales sin peligro y los dos equipos camino del túnel de vestuarios. Todo por decidir.

El fútbol se reanudó con una buena llegada por parte de cada equipo. Pero la jugada que cambió radicalmente el escenario llegó en el minuto 49. Garrafal error de Beñat Garro en la frontal del área, en la salida del balón, que permite a Pau Miguélez plantarse solo ante Uri y superar al portero picando el esférico por encima.

El tanto de los de la capital espoleó al Calahorra que protagonizó dos llegadas consecutivas. Primero Jorge con un disparo que blocó Uri y luego Chus Villar, con un disparo que salió demasiado cruzado, avisaron. El Calahorra no se conformaba.

Poco a poco, el equipo que entrena Iñigo Valencia se hizo con la posesión del balón en busca del tanto del empate. Esta circunstancia no incomodó a la SDL, que esperaba agazapada para salir al contragolpe. Visto lo visto al final del partido, el plan le salió a la perfección a Carlos Pouso.

Movió fichas Valencia y puso a jugar a Ekiza y Salinas con la intención agitar el árbol. Y a punto estuvo de llegar el empata con un buen pase al espacio de Ekiza que obligó a Uri a jugarse el tipo, salir a los pies de Chus Villar y hacerse con el balón en la frontal del área pequeña.

Continuaba el asedio del Calahorra, más por la posesión que por oportunidades claras, hasta que la SD Logroñés mató el partido a la contra. Corría el minuto 83 cuando Rubio protagonizó una buena internada por la banda derecha hasta llegar a la línea de fondo. El delantero blanquirrojo levantó la cabeza, vio a su compañero Pau Miguélez llegando a la frontal del área pequeña y le dio un pase para que empujara el balón. Era el gol que sentenciaba el choque y se lograba en el fondo en el que se encontraban los aficionados de la SDL que se desplazaron hasta La Planilla. Éxtasis blanquirrojo.

Con el partido ya decidido llegó el cuarto y definitivo tanto de los visitantes. Dos minutos después del tanto de Miguélez fue Morales el que alojó el balón en la escuadra de la portería de Azón, demasiado solo en el área del Calahorra.

No hubo ya nada reseñable hasta el final del partido, que se celebró con júbilo por la afición blanquirroja. Al final, plácida victoria de la SDL 1-4, quizá demasiado generosa por lo visto sobre el terreno de juego de La Planilla, pero en el fútbol mandan los goles, el resto son opiniones. Liderato para la SDL y derrota abultada para el Calahorra. Todo anecdótico porque queda todo por delante.

En su regreso a La Planilla, el entrenador de la SDL, Carlos Pouso, logró derrotar con un abultado marcador a su anterior equipo.

– ¿Qué balance hace del partido contra su antiguo club?

– La diferencia que hay entre los equipos no es la que ha reflejado el marcador. Hemos sido justos vencedores con un porcentaje de acierto alto y más sensación de peligro cada vez que teníamos la pelota. Hicimos un buen partido contra un buen equipo, pero es el primer paso. Queda mucho todavía y no hay que sacar los pies del tiesto. Un antiguo refrán dice que después de una gran hazaña viene una gran cagada.

– Comenzó marcando el Calahorra, ¿qué pensó entonces?

– Estábamos bien y fue en una jugada aislada. Teníamos la sensación de que dominábamos el juego. No defendimos bien, pero no le perdimos la cara al partido y seguimos jugando a lo mismo. En el descanso hablamos de no pensar que el uno a uno era un buen marcador. Con el uno a dos parecía que renunciábamos a atacar y ahí hicimos los cambios. Con la entrada de Beñat y Sergio recuperamos el centro del campo y, a partir de ahí, hicimos bastante daño. El marcador les condicionaba y aprovechamos los espacios.

– La primera parte tuvo demasiadas perdidas de balón ¿no?

– Sí, fueron imprecisiones porque hubo mucho duelo, disputa, y los dos equipos concedimos poco. Los aspectos defensivos superaron a los ofensivos y el juego tuvo poco balón raso, de poca continuidad en el juego. En la segunda parte, de cara al aficionado, el juego resultó más espectacular.

– Un exrojillo, Raúl Rubio, marcó el primer gol de la SDL y no lo celebró. ¿Tuvo usted también esa sensación encontrada?

– A ver, yo al Calahorra lo quiero mucho. Estuve superorgulloso durante una temporada y media, pero decir que duele ganar cuando ganas me parece una falsedad. Es mero espíritu de supervivencia.

El entrenador del Calahorra, Iñigo Valencia, se mostró abatido después del partido y calificó la derrota como «dura y decepcionante». «Hemos elegido un mal día para dejar de ser nosotros y mostrar la progresión de la pretemporada. Esperemos que nos sirva para aprender», señaló. «No tengo problema en asumir que el error ha sido mío. El rival nos ha condicionado mucho y al final hemos jugado a lo que ha querido», aseguró, y añadió que «es una bofetada de realidad, pero no tiene que minar la ilusión que tenemos y lo que sabemos que hacemos bien. Tenemos que seguir nuestra línea».