La salud de hierro del deporte femenino
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El fútbol, con su éxito en el Mundial, se une a una larga y brillante lista de triunfosJosé Félix Cachorro
Lunes, 21 de agosto 2023, 02:44
El enorme triunfo en el Mundial supone la incorporación del fútbol a la gran trayectoria del deporte femenino español, que lleva décadas funcionando a gran nivel y logrando éxitos en múltiples disciplinas. Desde pioneras como Lili Álvarez, Blanca Fernández Ochoa y Joane Somarriba, pasando por ... triunfos inimaginables como el de la selección de hockey hierba en Barcelona'92 hasta la trayectoria de los combinados de waterpolo y balonmano, Carolina Marín, Mireia Belmonte, la karateka Sandra Sánchez y la marchadora María Pérez, coronada ayer mismo campeona del mundo en Budapest. Las deportistas españolas tienen una salud de hierro y el triunfo de la selección de fútbol encierra en sí mismo un recordatorio de que el éxito del balompié femenino es el éxito del deporte femenino español, referencia a lo largo del planeta en múltiples disciplinas, desde el atletismo a la vela. En estas páginas se recogen algunas de las grandes gestas de las mujeres de este país a lo largo de los últimos años.
1924 Lili Álvarez
la gran pionera del deporte femenino, se convirtió en olímpica en Chamonix.
3 Tour de Francia
logró Joane Somarriba, la mejor ciclista española de la historia.
La primera mención siempre hay que hacerla a la referente. Elia María González-Álvarez y López-Chicheri, más conocida como Lilí Álvarez (Roma, 1905-Madrid, 1998), es la gran pionera del deporte femenino en España, una vitola que se ganó tras convertirse en los Juegos de Invierno de Chamonix (Francia) en 1924 en la primera española en participar en una cita olímpica. Pero fue el tenis el que le permitió pasar a la posteridad. En 1929 se proclamó campeona de dobles de Roland Garros y alcanzó hasta en tres ocasiones la final de Wimbledon (1926, 1927 y 1928).
Tras ella llegaron las demás, siempre dispuestas a añadir un éxito, a dar un nuevo paso adelante. Los casos de Arantxa Sánchez Vicario en Roland Garros, los triunfos de Blanca Fernández Ochoa en esquí... Quizá las victorias en deportes individuales tan poco habiuales como el de Blanca en esquí, el de Carolina Marín en bádminton y Sandra Sánchez en kárate llaman más la atención por abrir paso en disciplinas desconocidas. Pero también están las hazañas de las vascas como Joane Somarriba, la ciclista española más grande, y Edurne Pasaban, capaz de completar los 14 ochomiles.
El atletismo femenino español necesitaba un gran éxito olímpico, después de haber logrado títulos europeos y mundiales. María Vasco, en Sidney 2000, abrió las puertas del podio con un bronce para la historia en 20 kilómetros marcha, pero no fue hasta los Juegos Olímpicos de Río, en 2016, cuando llegó el metal más esperado. Lo logró, cómo no, la gran líder de las pistas, una Ruth Beitia que era una enorme competidora y que no desaprovechó la ocasión de coronarse campeona olímpica de salto de altura. De momento se mantiene como el único oro olímpico del atletismo femenino español, aunque en Tokio, Ana Peleteiro se convirtió en la tercera atleta nacional en subir a un podio olímpico.
«Quiero ser la mejor de Europa, del mundo y campeona olímpica. La mejor en todo», dijo Carolina Marín con 14 años. Su deseo se hizo realidad. Oro en Río 2016, cinco veces campeona europea y campeona mundial en 2014, 2015 y 2018, la onubense acumula victorias en los mejores torneos del mundo. Es una 'intrusa' en un deporte dominado por asiáticas y anglosajonas. No suelta la raqueta de bádminton desde los 8 años, cuando acompañó a una amiga a un partido. Dejó las clases de flamenco a las que le apuntó su madre, bailaora, e inició una carrera hasta la cima del ránking mundial. Superó dos graves lesiones y ha ganado los Juegos Europeos 2023. «Puedo porque pienso que puedo», es el lema de todo un fenómeno.
El baloncesto femenino español es uno de los más fuertes del planeta, una utopía hace dos décadas. Ha crecido desde la humildad hasta la cumbre. El primer premio internacional fue la plata del Europeo junior de 1990. Poco después, la absoluta inició la progresión con el oro en el Europeo 1993. El nuevo siglo trajo una lluvia de medallas continentales: se sucedieron los bronces de 2001, 2003 y 2005, además del de 2015, junto con las platas de 2007 y 2023, y los oros de 2013, 2017 y 2019. A ello hay que sumar en los Mundiales la plata de 2014 y los bronces de 2010 y 2018, y la plata olímpica en Río 2016. Las selecciones inferiores atesoran decenas de medallas en Europeos y Mundiales en los últimos años.
El balonmano femenino no tendría el eco actual si no fuera por las marcadas señas de identidad de una selección capaz de aislarse de un entorno complicado. Las Guerreras, el merecido apoyo que identifica a un combinado siempre combativo, han cosechado más éxitos de los que se presuponen al balonmano español en el contexto internacional. Pese a los escasos éxitos de los clubes en Europa y con la marcha de jugadoras a ligas más potentes, como la baracaldesa Ainhoa Hernández a Rumanía, el combinado nacional se ha ganado el respeto de sus rivales. Plata en el Mundial de 2019 y subcampeón europeo en 2008 y 2014, fue bronce olímpico en 2012 bajo la dirección del bilbaíno Jorge Dueñas.
Fue un bombazo la plata lograda por la selección femenina de waterpolo en los Juegos de 2012 en Londres. España no había acudido antes a una cita olímpica y solo tenía el segundo puesto en el Europeo 2008. El waterpolo de las chicas era un desconocido ante el masculino, que sumaba laureles desde la época de Manel Estiarte. El trabajo en los clubes, sobre todo catalanes, recogía sus frutos en Londres y continuó con el oro en el Mundial 2013 y el Europeo 2014. Siempre bajo la batuta de Miki Oca, la selección aumentó su palmarés con la plata olímpica en 2020 y la mundial en 2017 y 2019, y el oro continental en 2020 y 2022. Perdió la final del Mundial el pasado julio en los penaltis.
Adriana Cerezo consiguió la plata en Tokio con sólo 17 años. Estuvo a punto de ser oro si no hubiera recibido una patada de su rival, la tailandesa Wongpattanakit, a tres segundos del final. Pero la madrileña, siempre sonriente, promete más alegrías en años venideros. Es luchadora porque su abuelo le ponía «películas de artes marciales, de Jackie Chan y Van Damme». Y como había un gimnasio debajo de casa... Tuvo que concentrarse para los Juegos mientras estudiaba para la EBAU, y todo salió muy bien: plata y 13 sobre un máximo de 14 en el examen. Las artes marciales han dado a España muchos metales femeninos: tres platas en taekwondo, tres oros y dos bronces en judo, y una plata en kárate.
Apuntaba lejos Garbiñe Muguruza cuando en 2005 se proclamó campeona de España alevín. Nacida en Caracas y formada en la academia de Sergi Bruguera, ganó en Roland Garros (2016) y Wimbledon (2017). Fue finalista en Londres en 2015 y en el Open de Australia en 2020. Alcanzó el número uno mundial en 2017, lo que antes solo había logrado Arantxa Sánchez Vicario (1995), campeona de tres Roland Garros y un Open de EE UU. Muguruza es heredera de su exentrenadora Conchita Martínez, número dos mundial (1995), campeona de Wimbledon (1994), finalista en Australia (1998) y Roland Garros (2000), la tenista española dueña de tres metales olímpicos y con más triunfos en torneos individuales (33).
Maialen Chourraut se colgó la plata en kayak en eslalon en los Juegos Olímpicos 2020. No llegaba a Tokio en su mejor momento, ya que sus resultados habían sido discretos en los últimos torneos internacionales. Pero, gracias a las muchas lecciones aprendidas en su larga carrera, la palista, entonces con 38 años, supo competir para adjudicarse una medalla que sabía a oro. En Japón, fue conservadora en la manga previa y pasó con el sexto puesto a la final, donde sí arriesgó y se subió al podio. La guipuzcoana ampliaba así un extenso palmarés que incluye el bronce en Londres 2012 y el oro en Río 2016, una plata y un bronce en Mundiales, y un oro y dos platas en Europeos.
En los últimos 15 años, la natación sincronizada, una disciplina que exige físico, técnica y una coordinación milimétrica entre sus participantes, ha dado muchas alegrías a la natación española. Nombres como Gemma Mengual y Ona Carbonell son reconocidos por el gran público, gracias a las dos platas, una por equipos, logradas en Pekín 2008, la plata de dúos y el bronce por equipos en Londres de 2012. Las españolas han obtenido tres metales en el Mundial de 2023. En la piscinas brilla otro nombre propio, Mireia Belmonte, a quien recomendaron nadar con 4 años por su escoliosis. La badalonesa se tomó el consejo al pie de la letra hasta cosechar 4 medallas olímpicas, 16 en Mundiales (8 de oro) y 24 en Europeos (13 de oro).
Los éxitos de Lydia Valentín suponen en España el mejor cartel de la halterofilia, un deporte en que durante más de 100 años sólo competían hombres y cuyo primer Mundial femenino se remonta a 1987, mientras que la presencia de las mujeres en unos Juegos no llegó hasta Sidney en 2000. Para entonces, la niña leonesa de 11 años Lydia Valentín ya levantaba pesas y había dejado el baloncesto y el atletismo. Su descubridor, Isaac Álvarez, propuso a la pequeña, activa y nacida para el deporte, que practicara halterofilia. Valentín, nacida en Ponferrada, progresó como una centella hasta lograr un oro (Londres 2012), una plata (Pekín 2008) y un bronce (Río 2016) olímpicos, además de 13 metales en Mundiales y 11 en Europeos.
Fue la primera mujer en conquistar los 14 'ochomiles' del planeta, la serie de cumbres que sólo han hollado un puñado de atletas aventureros y que también han rechazado a decenas de alpinistas experimentados. Edurne Pasaban rubricó esta hazaña el 17 de mayo de 2010 al ascender con éxito el Shisha Pangma. La tolosarra puso así una huella femenina en un exigente objetivo que hasta entonces había estado reservado a los hombres. Invirtió diez años y numerosas expediciones hasta reinar en el infierno blanco. Luego sufrió un calvario por problemas mentales, pero, como hizo en el Himalaya, superó los mayores obstáculos y ahora da conferencias a empresas sobre cómo pueden llegar más alto.
La vizcaína, a día de hoy, se mantiene como la gran referente del ciclismo español. Todas las corredoras sueñan con acercarse a lo que hizo Joane Somarriba en su carrera deportiva. Nada menos que tres Tour de Francia y dos Giros de Italia aparecen en un palmarés enorme. Fue en 1999 cuando Somarriba hizo historia por primera vez, al ganar el Giro. Pero en 2000 fue más allá y logró el doblete Giro-Tour, siendo la primera corredora española en subir a lo más alto del podio de la carrera francesa. Un camino que repitió en otras dos ocasiones, al ganar también en 2001 y 2003.
El bronce de Maider Unda en los Juegos de Londres 2012 fue la primera medalla olímpica de la lucha libre española. Tal éxito tuvo una enorme repercusión para una disciplina minoritaria, en la que se requieren fuerza física y técnica en los combates. Unda, una atleta muy táctica, ya había firmado un bronce en el Mundial de 2009 y una plata y dos bronces en los Europeos, pero el tercer puesto olímpico puso a la lucha en el gran escaparate. La medallista se retiró a los 39 años para dedicarse a su familia y la elaboración de quesos en su caserío.
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