Zabala y Zabaleta se libran de un gran susto

Jokin Altuna aleccionaba a Joseba Aldabe instantes antes de hacer el paseíllo. El maestro hablaba enérgicamente y el pupilo escuchaba. Hace un año, Aldabe jugaba en el Adarraga, pero en la final del torneo Tarón. Otra historia. El amezquetarra sabía que el partido se convertiría en un acoso y derribo a su zaguero. Aguantar y, luego, ver qué pasaba. Y así fue. Zabala tomó el saque y después de un primer e intenso intercambio de pelotazos abrió de aire y acabó con una volea al rincón.

Madurar con el juego en largo y resolver en la corta distancia. Aldabe entendió que rara vez iba a pasar del siete, salvo para entrar de aire defensivo o correr hacia la dejada. Zabala y Zabaleta comenzaban a aplicar el durísimo castigo. El segundo, de pelotazo del logroñés; tercero, cuarto y quinto, con la pelota pegadita a la pared. Con 2-5, después de dos errores de Zabaleta en su afán de poner la pelota en el rebote. Guion claro.

Zabala y Zabaleta navegaban a velocidad crucero. Aldabe bastante tenía con defenderse y Altuna poco podía hacer, aunque siempre estaba ahí. Dibujó el tercero ajustando la pelota a la pared, pero no pudo establecer un nuevo orden. Los de azul seguían a los suyo. Pelotazo de aire de Zabala al ocho, saque ganador y dos soberbios golpes de Zabaleta que arrinconaron a Aldabe contra el rebote. 3-9 en menos de veinte minutos. O se producía una rebelión o adiós al partido. Y se produjo.

Altuna es indomable. Tomó las riendas. El mayor enemigo de Zabala y Zabaleta eran ellos mismos. El tercer error del zaguero y el primero del delantero pusieron el marcador en 5-10 después del primer error del navarro al querer culminar el tanto de carambola. La historia ya era otra. Altuna apareció. Tres tantos, el tercero soberbio, jugando con la sutileza de la dejada y un saque llevaron el duelo a nueva dimensión, 9-10. La grada jaleaba a Joseba Aldabe por su defensa, aunque acabó agotado el undécimo, que llegó tras una violenta carambola de Zabala. Acto seguido sumó su segundo saque y se marchó al vestuario con 9-12. De momento, habían sofocado la rebelión.

La diferencia estaba ahí. Mandaba azul, pero rojo se mantenía. No sonrió Aldabe al desbordar con su pelotazo a Zabala, zaguero de emergencia, pero se reivindicó. Podía pegarle a la pelota, aunque no con la continuidad deseada. Se le fue la esférica al ancho, 10-13, al igual que a Zabaleta, 11-13. Acertó Altuna con el saque y apeló a su arma este lunes, la dejada. Empató el partido, 13-13, y se puso por delante tras el tanto del miedo. Nadie quería arriesgar, 13-14. Del 3-9 al 13-14. ¿Qué había pasado? Altuna, simplemente Altuna. Y con él, un mejorado Aldabe y demasiados errores del rival, sobre todo de Zabaleta, cuatro y dos saques encajados.

Zabala estaba fuera de juego. Si se abría descuidaba la pared y si se quedaba en el ancho quedaba para el amezquetarra, fresco porque habían querido olvidarse de él. Había olido triunfo.Peligro. 15, 16, 17,... y Aldabe falló. Demasiada altura. 17-14. Tiempo de reflexión. Volver a cargar el juego a la zaga y anular a Altuna con pelota más viva. Así llegaron el décimo sexto y séptimo, insistiendo con Aldabe, que entraba una y otra vez de volea. 17-16. Todo por decidir. El primero en hacerlo fue Altuna, con una volea al rincón que volteó a Zabala. Un respiro, 18-16 y último descanso antes de la batalla final. Visita al cestaño, pelota más pesada para firmar el antepenúltimo. Resetear o morir para los favoritos de la grada.

Aldabe estaba con la reserva encendida, pero sin nada que reprocharle. Cayeron cinco tantos seguidos. Zabaleta se metía en el cuatro. Insistía e insistía hasta que su oponente cedía. 19-21. ¿Fuego sofocado? Zabala sacó y Altuna respondió con un gancho desde el cinco y levantó a los 1.468 espectadores que estaban en las gradas. Por un momento era como si Titín hubiera regresado a la pelota profesional con aquellos goles de aire que llevaban la pelota a morir en el cuadro dos, al ancho 20-21. Todo o nada.

Tensión. El partido seguía estando atrás. Hasta siete veces entró consecutivamente Aldabe de volea. Llevar la pelota. Daba igual cómo, llevarla. La cátedra esperaba ese pelotazo de Zabaleta que firmara sentencia, pero nunca imaginó que la victoria llegaría con una carambola con la zurda del zaguero. Hasta se disculpó.