Zabala saca pecho en el Masters

Ya sabían los cuatro pelotaris que saltaron a la cancha en el estelar de la localidad alavesa que no iba a ser un encuentro agradable. El calor que se concentraba en el frontón de Labastida, con el termómetro marcando unas temperaturas muy por encima de los treinta grados, animaba a optimizar esfuerzos y reservar fuerzas.

Los errores de los primeros tantos bajaban los ánimos de los aficionados, pero Zabala e Imaz tenían muy claro la hoja de ruta a seguir para llevarse el partido y la llevaron hasta las últimas consecuencias. Javier y Ander han ligado bien y eso se nota sobre la cancha. Se asocian, se cubren, se complementan y se apoyan. Se entienden bien y la mezcla de sus cualidades y virtudes ha ligado de la mejor manera posible. El nivel de contundencia de Imaz es altísimo y Zabala está maduro, sólido, estable y elige cada vez mejor si seguir trabajando el tanto u optar por intentar finiquitarlo. El domingo, el riojano fue el mejor. Sin alardes ni grandes gestos de celebración, Zabala sacó pecho, acertó en casi todo y se equivocó en lo mínimo. Se le vio poderoso físicamente, sobrado en los esfuerzos y potente de manos. Once puntos sumó de los veintidós totales y solo regaló uno. Números concluyentes y contundentes.

Al final del partido, Zabala se mostró humilde en las declaraciones a EITB y valoró el estado de forma de su compañero. «Ander está con mucha chispa. Yo le he intentado ayudar para dominar a Tolosa y que luego fueran cayendo las pelotas», explicaba el delantero, que resaltaba que «cada vez voy notando mejores sensaciones. La verdad es que Imaz está haciendo un campeonato de diez y por eso estamos con esta buena dinámica».

Sobre su labor sobre el frontón incidía Zabala en que estaba «intentando aprender de los errores que tuve en los primeros partidos del campeonato, en los que empezaba con demasiadas ideas en la cabeza y quería terminar el tanto muy rápido».

Reconocía también la suerte de coincidir con una pareja como Imaz al que parece unirle una conexión especial. «Me lo pone muy fácil. Al final, está siempre detrás de mí. Le digo que me cubra el ancho y está golpeando con la derecha muy lejos. Yo intento ayudarle con la zurda y a dominar el tanto para luego ir a por todas al remate», contaba el logroñés.

Con este vínculo cada vez más consolidado, Zabala resaltaba las posibilidades de la pareja formada con el guipuzcoano: «Creo que Ander y yo somos mucha pareja si dominamos atrás y echamos la pelota lejos, y así lo estamos haciendo. Intentamos no hacer errores y defender a tope, que nos ganen la pelota si pueden. Madurando el tanto y yendo al remate creo que nos va muy bien y tenemos que seguir con esta dinámica».