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Javier Zabala y Oier Etxebarria jugarán la liguilla de semifinales del torneo de Parejas de Promoción. Se clasificaron en Bilbao en un partido con ... tintes épicos e incluso dramáticos. Vencieron por 22-21 a Zubizarreta y Eskiroz después de 122 minutos sobre la cancha. Sí, más de dos horas, y, ojo, 1.294 pelotazos. No es un error, 1.294 pelotazos.
Zabala-Etxebarria
22
-
21
Zubizarreta-Ezkiroz
Duración: 122 minutos
Pelotazos: 1.294
Saques: Zabala, 0; Zubizarreta, 0.
Faltas: Zabala, 0; Zubizarreta, 0.
Ganados: Zabala, 7; Etxebarria, 6; Zubizarreta, 17, Eskiroz, 0.
Perdidos: Zabala, 4; Etxebarria, 0; Zubizarreta, 3, Eskiroz, 6.
Marcador: 2-0, 2-3, 4-3, 4-5, 5-5, 5-6, 9-6, 9-7, 11-7, 11-8, 12-8, 12-9, 12-12, 13-12, 13-15, 15-15, 15-17, 19-17, 19-18, 21-18, 21-21 y 22-21.
Incidencias: Frontón Bizkaia. Partido de 'play off' de acceso a las semifinales del torneo de Parejas de Promoción.
La pelota riojana disfruta de poder contar en semifinales con dos de los tres pelotaris que comenzaron el torneo. Llegan a semifinales, gracias al 'play off', Víctor Esteban, junto a Andoni Gaskue, y Javier Zabala, respaldado por Oier Etxebarria. Los primeros se medirán el próximo viernes a Bakaikoa y Elizegi en Mallabia: los segundos, el 18 de marzo en Ataun a Salaberria y Erostarbe.
El partido fue intenso, peleado, tosco por momentos, de errores no forzados, pero sobre todo dramático. Y con un desenlace cruel para los perdedores, que bien podían haber sido Zabala y Etxebarria. Un error del logroñés, permitió a sus adversarios colocarse 20-19 en el marcador. Oier Etxebarria se marchaba a vestuarios cojeando sensiblemente. Un problema en el gemelo. Zabala no quería verlo y se apoyaba contra la pared lateral, con la mirada hacia el suelo. Con 21-19 a su favor corría el riesgo de verse derrotado por la lesión de su compañero. Pero el vizcaíno salió a la cancha de nuevo. Tres tantos eternos. Zubizarreta y Eskiroz sumaban dos para poner el encuentro en 21-21. A cara o cruz. Sin margen para el error. Los cuatro habían protagonizado un intercambio temeroso de pelotazos. Temor al error. Llevarla al frontis. Con 21-20, y el tanto vivo, Zabala se echaba la mano a su pierna derecha. Un calambre. Incluso así, dejaba la pelota en el rincón, la alcanzaba Zubizarreta, respondía el logroñés con una carambola a la que llegaba Ezkiroz para ganar el tanto de dejada al ancho. 21-21. Ver para creer.
Zubizarreta ponía la pelota en movimiento. Zabala no entró. Ya había respondido de volea y se había encontrado con una carrera hacia la nada y el tanto perdido. Llegó el intercambio de pelotazos. Calambre de Etxebarria en su pierna derecha. El vizcaíno metía su mano derecha poco después con las fuerzas justas, pero con dirección a morir en el siete, junto a la pared. Eskiroz no la levantó, como ya le había pasado en otras esféricas similares. Caía desfallecido al frío suelo mientras Etxebarria, de cuclillas, mostraba una sonrisa nerviosa, liberadora de tensión. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí y de esta manera?, parecía preguntarse.
El partido mantuvo el mismo tono durante los treinta y nueve tantos anteriores. Enorme igualdad, miedo a perder y errores innecesarios, más en los rojos que en los azules. La primera renta fue para Zabala y Etxebarria (0-2), pero la perdieron (2-3). Entraron en un intercambio en el mando. Se escaparon los rojos, 9-6 y 12-8, si bien el partido vio otro empate (12-12). Vuelta a empezar, aunque ahora el paso lo marcaban Zubizarreta y Eskiroz (13-15 y 15-17), no con la consistencia necesaria como para romper el equilibrio. Cuando tomaron la delantera el riojano y el vizcaíno, 18-17, ya no dieron opción a sus rivales, a pesar de los diecisiete tantos que ganó Zubizarreta.
Jokin Altuna y Julen Martija arrancaron la liguilla de semifinales con una clara victoria sobre Danel Elezkano y José Javier Zabaleta, 22-15, que se definió a partir del 13-13, marcador en el que el rumbo de ambas parejas se separó.
Altuna y Martija plantearon un partido de mucho movimiento sobre la cancha a pesar de que Elezkano y Zabaleta marcaron la primera distancia, 0-4, con rapidez. Primera y casi única, porque Altuna comenzó a desplegar su juego de ataque y rápidamente firmó cinco tantos.
El amezquetarra daba velocidad a la pelota y aprovechaba la mínima oportunidad para rematar. Obligaba a su rival de puesto a correr mucho hacia el ancho, pero también al zaguero hacia adelante. Así fueron cobrando pequeñas rentas, de dos tantos como máximo.
El empate a trece resultó determinante para ambos. Empataron Elezkano y Zabaleta, pero lo que no sabían es que Altuna y Martija iban a abrir una tacada de seis puntos para dejar sentenciado el duelo, hasta el 19-13.
En estos terrenos es muy difícil que Altuna pierda el partido. Entregó, junto a Martija, cuatro tantos, mientras que recibió diez de sus adversarios. Poca fiabilidad azul. Los aventajados mantuvieron el ritmo, sin caer en el nerviosismo, porque experiencia les sobra. Había que esperar la oportunidad y llegó. Primer punto.
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