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Cambio de mentalidad. Javier Zabala compareció este miércoles en Tolosa para separar el material que utilizará el lunes en su eliminatoria del Cuatro y medio contra Aitor Elordi y que cerrará la ronda de octavos de final. Atrás queda un intenso verano y la decepción ... de haber perdido su segunda final de San Mateo y, cinco días después, la semifinal del Masters. «Estos últimos partidos no he sido yo», decía el riojano en el Beotibar. Ya tiene la oportunidad de reencontrarse consigo mismo.
«Es la última prueba. Es un buen día para entrenar y, además, con mi botillero. Importante para coger las claves tanto del frontón como del rival. Y, la verdad, con Rekalde, siempre a gusto», explicaba el delantero en declaraciones a El Diario Vasco.
Aitor Elordi y Javier Zabala abren la temporada del Beotibar, un clásico de la pelota y sobre todo de los partidos del lunes. Los dos saben que tienen que ganar si quieren seguir adelante en la competición. El que llegue al cartón veintidós se citará automáticamente en la liguilla de cuartos de final con Peio Etxeberría, el 18 de octubre en Azcoitia.
Zabala se ejercitó junto a Rekalde, al que él asesora cuando juega en el campo aficionado. La apuesta de Elordi fue más exigente, ya que estuvo entrenándose con Jokin Altuna. Palabras mayores. El delantero vizcaíno necesita mejorar su última participación en este torneo. El pasado año entró en la liguilla de cuartos de final, pero perdió dos de sus tres partidos y el tercero lo ganó por incomparecencia de, precisamente, Altuna. Zabala no lo disputó.
«Los últimos entrenamientos han ido bien y estoy con ganas de empezar. Antes de la elección he realizado un ensayo con Jokin. Ha sido un entrenamiento muy bueno, serio, y a partir de ahora hay que bajar la carga de trabajo y llegar a punto el lunes», explicaba Elordi, que apuntaba que el cambio de estación se nota por la llegada de los «partidos importantes» y por el «material», explica en el rotativo guipuzcoano.
Si para Elordi es un enfrentamiento importante, para Zabala también. Este ha sido el año en el que da dado un salto hacia arriba en el escalafón de Aspe, pero debe demostrarlo en la cancha. «Con la llegada del invierno, hay más tiempo para entrenar y espero alcanzar mi nivel. Es verdad que estos dos últimos partidos he perdido un poco de confianza en mí, no he conseguido sacar mi juego, pero ahora tengo la oportunidad de hacerlo y es un buen escenario para conseguirlo. No hay que tener miedo a nadie. Estos últimos partidos no he sido yo, he salido un poco cohibido y me ha podido un poco la presión de fuera», explicaba.
Ninguno de los dos hizo hincapié en el cestaño. Las esféricas del riojano son más ligeras, pero gustaron las cuatro. «Me quedo contento con lo que he elegido y las pelotas de Aitor también son buenas, así que contento con el material», concluyó. La próxima cita en el Beotibar, el lunes.
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