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Todas las horas que, desde que era crío, ha echado Javier Zabala en los frontones, tenían un sentido. Todos y cada uno de los entrenamientos, sobre todo los difíciles y que más se le atragantaron, tenían un sentido. Todas las horas en coche, viajando de ... un pueblo a otro, de un frontón a otro, tenían un sentido. El sentido era llegar hoy al Labrit (17.15 horas). El sentido era disputar una de las semifinales del torneo con más prestigio en la pelota profesional. Y hacerlo en su primera participación. Hoy, Zabala se hace mayor para el mundo de la pelota.
El riojano lo sabe. «La semifinal también es un premio para mí, pero un poco más grande que para Laso», reconocía tras la elección de material. Objetivamente, hoy Javier Zabala afronta el partido con menos presión de todos los que ha jugador en el torneo. Laso es el favorito. El riojano solo tiene cosas que ganar. Por ese lado debe llegarle la paz mental: «Unai lleva años a un nivel alto y entiendo que sea el favorito. Desde ese punto de vista puedo salir más tranquilo que él. Aún así, se trata de dar caña. Nadie dijo que fuera a ser fácil. Una vez aquí, hay que ir a por todas».
Todo lo que rodea a la semifinal de esta tarde engrandece la cita. El premio: una plaza en la final. El escenario: un Labrit con todo el papel vendido. El rival: Laso está mostrando unas prestaciones que ni él mismo esperaba después de pasar por el quirófano y padecer un año sin estar al cien por cien: «La cadera me ha respondido bien. La semifinal es un premio».
Diversión garantizada
Más allá de la rivalidad empresarial, que le añade un pizca más de picante a un partido que lo tiene todo, el juego mostrado por ambos delanteros durante el torneo garantiza la diversión. Javier Zabala (Aspe) ha sacado bien, muy bien por momentos, y ha sacudido con ambas manos cuando ha podido. Quizá ha faltado intercalar alguna solución cerca de frontis por dos motivos: para sorprender a su rival y para hacerle dudar en el siguiente tanto. La gran duda que rodea al riojano es conocer cómo está su derecha.
Unai Laso (Baiko), por su parte, roza la perfección. De esta manera se explica que sus tres rivales en la liguilla de cuartos de final no hayan pasado de los once tantos. Altuna III (7-22), Darío (11-22) y Zabaleta (10-22). No puede haber mejor carta de presentación. Lo está haciendo casi todo bien: saque, remate, defensa, aire, resto... Y firmando unos porcentajes de eficacia muy altos.
Pero el navarro no quiere confianzas. Es consciente de las virtudes de su rival: «Zabala va a ser un rival peligroso. Es su primera semifinal y sé lo que uno siente en esos momentos. Te ves con toda la confianza del mundo. Si juega bien, puede sacarte a pelotazos. La pone muy atrás con las dos manos. Intentaré aguantarle».
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