Víctor se exhibe en un festival masivo

En la estadística y para el público quedarán los 15 tantos finalizados por el pelaire, pero todo resulta más sencillo si como guardaespaldas se cuenta con un Beñat Rezusta que continúa mostrando un nivel a años luz de sus rivales en la zaga. David Merino, que llegaba a la cita después de levantar el trofeo de La Blanca, aguantó lo que pudo y no estuvo nada mal, excepción hecha de un pequeño bache en el ecuador del choque donde perdió tres pelotas casi consecutivas (marró cuatro en todo el encuentro). Pero demasiado alejado del frontón, no consiguió en demasiadas ocasiones superar a Víctor que, con pelota por delante del cuadro cuatro resulta demoledor.

Ayer, el pelotari local también mejoró en uno de sus debes: tirar demasiadas pelotas por arriesgar. Fino y atinado, sacó de quicio a Olaizola, castigándole durante el tramo inicial con ganchos perfectos y, al final, con dejadas. Nada pudo hacer el de Goizueta más que maquillar el marcador en el último tramo.

Y eso que el choque comenzó igualado con ligeras ventajas para azules. Hubo, en ese tramo inicial tantos brillantes como un gancho de Víctor tras llevar a Olaizola a la pared izquierda (2-3) o una carambolita en el rincón, casi escapada, para poner el 4-7. «¡Eso lo aprendiste en el Tenorio!», gritaba un espectador enfervorizado.

Se repusieron los colorados hasta la igualada a 7, pero en ese momento Merino II perdió comba y el partido se fue decantado para Víctor y Rezusta. Para enmarcar el 8-11, que acabó con fallo de Rezusta después de un enredado juego de los cuatros, y el 9-11, con Víctor y Merino II retándose a dejadas y contradejadas en el rincón y el delantero ezcarayense perdiendo, al final, el tanto.

Pero se recuperó Víctor con sus ganchos y dejadas, abriendo la brecha hasta el 11-19. A Olaizola se le acababa la gasolina porque no podía cubrir el ancho y el rincón. El público veía el triunfo cerca con el 11-20, gracias a otro remate de Víctor, pero Olaizola sumó una tacada de tres tantos y Rezusta falló su segunda pelota del choque (15-21). Había que cerrar el choque y Víctor lo hizo de la mejor manera, bailando a Olaizola para delirio de los aficionados.

Fue una tarde para enmarcar de los hermanos Esteban porque, en el primer partido, Gorka se llevó el pulso de vecinos ante Darío. El delantero más veterano, acompañado por un sólido y consistente Salaverri, se impuso con claridad (22-7) a Darío y Tainta, el más flojo del cuarteto. El partido se rompió pronto gracias al dominio sostenido en la zaga. Gorka, con pelota, se mostró intratable y Salaverri hizo lo propio atrás. Con el 16-5, a pesar de que todo estaba vendido, Darío quiso dejar algún detalle para sus vecinos y firmó un gancho precioso (19-7) pero también erró en los dos tantos finales.