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La final del Campeonato Manomanista de mañana tiene todos los ingredientes para cerrar por todo lo alto el curso profesional, antes de que se multipliquen los festivales de verano. Se juega vestirse de colorado y la jerarquía en un escalafón en el que los ... huecos se ganan a codazos y chapelas.
Urrutikoetxea e Irribarria llegarán a la cita del frontón Bizkaia después de haber seguido rumbos bien diferentes. El primero ha disputado dos encuentros y los ha resuelto con solvencia. Primero eliminó a Bengoetxea, una habitual bestia negra del vizcaíno, al que dejó en el cartón ocho y en semifinales 'ejecutó' a Ezkurdia, que se quedó en catorce. En ambos choques, el de Zarátamo demostró una gran capacidad de sufrimiento, de minimizar errores y de cerrar los tantos cuando era necesario.
Por contra, Irribarria ha tenido que enfrentarse a tres retos y en dos de ellos se salvó por los pelos. Víctor Esteban fue el primero en hacer sufrir al de Arama, llegando a 20 y obligando al guipuzcoano a un esfuerzo brutal hasta el final. Altuna, en cuartos, también hizo sufrir a Irribarria, mientras que en semifinales Elezkano lo intentó pero se vio minimizado por la superioridad de su adversario, que ha ido de menos a más.
Aunque hay similitudes entre ambos (los dos cuentan con una chapela de la modalidad y encaran su tercera final), las diferencias son mayores. Por ejemplo, Urrutikoetxea encadena nueve participaciones en el torneo, desde su debut en el 2011. La experiencia se reduce a cuatro campeonatos en el caso de Irribarria, aunque su explosión ha sido más rápido. Urrutikoetxea, a sus 30 años, parte con la veteranía como aliada. Mientras que el de Arama, aún con 22, tiene toda la vida por delante para hacer historia en la modalidad a la que mejor se adapta.
En la retina de ambos, la final del 29 de mayo del 2016, cuando Irribarria dio una lección de juego a Urrutikoetxea y se llevó el título. Fue la eclosión del guipuzcoano que comenzó a encadenar finales. Pero la de mañana tendrá una importancia especial para ambos. Urrutikoetxea lo pasó muy mal por una mononucleosis que le dejó casi un año mermado mientras que Irribarria ha pasado por una bache de confianza de casi el mismo tiempo. El que gane mañana dirá adiós a todas las nubes negras.
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