Rubén Beloki cumple 50 años y recibe 600.000 euros del oro olímpico de 1992

«Gané la medalla de oro con 17 años. Cumplí 18 unos días después», recuerda el látigo de Burlada, uno de los seleccionados para el equipo de pelota cuyo director técnico era el zegamarra José Mari Etxeberria. Beloki, campeón de España individual en 1991 y 1992 a muy temprana edad, era la pieza codiciada por las empresas de mano. Sin embargo, pospuso el salto a profesional por la ilusión de vivir la cita olímpica, donde la pelota era deporte de exhibición por cuarta vez tras las experiencias de París en 1900 y 1924 y México en 1968. Veinticuatro años después la pelota volvía a estar entre las elegidas.

«Fui a Barcelona sin saber que había un premio económico», apunta Rubén Beloki. «Más tarde empezamos a oír cantidades. Entonces eran pesetas. Que si cincuenta millones por el oro, que si cien». La pelota se incluyó dentro del Plan ADO, que contemplaba incentivos económicos a los ganadores de medallas en los Juegos a través de La Caixa.

Antes había que competir. Participante en la modalidad individual, mano a mano en toda la cancha, llegó a la final y derrotó 22-12 a Philippe Hirigoien, pelotari de Iparralde que jugó por Francia. Se colgó el oro y le cayó un gordo con retardo. Le correspondía al título olímpico una recompensa de 200 millones de pesetas a repartir entre dos: el titular, Rubén Beloki, y el suplente, el vizcaíno Jon Bazeta, berriztarra para más señas y unos años mayor que el de Burlada. Cien para cada uno. La plata valía 70 y el bronce, 50.

Por parejas jugaron como delantero el navarro Iñaki Lujanbio y el riojano José Ángel Balanza 'Gorostiza' y de zagueros el también navarro Alfredo Balerdi y el vizcaíno Juanma Fernández. También ellos se colgaron el oro y en su caso eran cuatro a repartir. En paleta cuero y pala corta intervinieron los Insausti, Juan Pablo, Daniel, Garrido... Y en cesta, los Konpa, Atain... Todos ellos ganaron las medallas de oro. También hubo competición de trinquete, si bien en esta especialidad no hubo éxitos de tal calibre.

Reflexiona Beloki. «La cantidad era muy alta, pero me preguntaba entonces lo que valdría ese dinero 32 años después. Lo veía tan lejos...». Con el cambio al euro los cien millones se convirtieron en 600.000. En 2024 sigue siendo mucho dinero. De regreso de Barcelona, Rubén Beloki debutaba como pelotari profesional en las filas de Eskulari-Pilotaberri. El marco elegido fue el Atano III de San Sebastián, en concreto el torneo Donostia Hiria-Ciudad de San Sebastián.

«Jugué con Mikel Unanue de compañero. En semifinales nos enfrentamos a Laduche-Tolosa y en la final a Eugi-Ceceaga», recuerda. Más adelante llegarían sus cuatro txapelas manomanistas (1995, 1998, 1999 y 2001) y dos del Parejas (1996 y 2003) en veinte años de carrera espléndida en la que alcanzó cotas deportivas muy altas que a los 50 años, retirado hace casi trece, encuentra una de sus mayores recompensas.