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«Saldré todos los días con una sonrisa al frontón». Esa es y será la filosofía de Darío Gómez, que se ha colado en cuartos de final del Manomanista después de ganar cuatro partidos, el último ante Mikel Urrutikoetxea el viernes en Labastida. A día de hoy, el pelaire es un reloj de enorme precisión que funciona a las mil maravillas.
Advertía el delantero de Ezcaray tras eliminar a Danel Elezkano en su segundo partido de la serie previa que el Manomanista es una distancia que prepara con «mimo». De hecho, fue campeón del Promoción en 2019 y alcanzó las semifinales del Manomanista en el 2020. Tiene cualidades, como demuestran sus números. Buen saque, buen golpe con ambas manos y acaba el tanto si tiene la oportunidad.
23 tantos, solo, han sido capaces de sumar los cuatro rivales ante Darío. Elordi alcanzó los siete; Elezkano tiene el récord, con diez; Peio Etxeberria, la peor marca con dos; y Urrutikoetxea, cinco.
Esas cifras reflejan que el pelaire solo ha sumado veintitrés tantos en su contra en los cuatro encuentros disputados. Elezkano es el que más puntos ha sumado, diez, mientras que Peio Etxeberria sufrió una gran decepción al quedarse en dos tantos. El navarro es aún el vigente campeón del Promoción. Entre ambos, dos nombres propios: Aitor Elordi y Mikel Urrutikoetxea. Al primero le superó por 22-7 en la primera eliminatoria de la previa. Ya le había ganado en la final de 2019 por 22-12. Y al segundo le eliminó el viernes por 22-5. Urrutikoetxea, campeón del Manomanista en 2015 y finalista en 2016.
El saque otorga al pelaire entre cuatro y seis tantos por partido, pero es que además suma muchos puntos a su favor. Sin ir más lejos, firmó doce en Labastida, pero es que frente a Elezkano alcanzó los once en el Adarraga. A todo ello se suma que comete pocos errores. Si ante Peio Etxeberria solo cometió uno, frente a Urrutikoetxea no erró. Ni un único fallo.
«He salido muy concentrado desde el principio», suele repetir el riojano después de cada victoria. Y así es. Su guion se repite enfrentamiento tras enfrentamiento. En los primeros tantos le cuesta algo más encontrar el espacio y el tiempo. No suelta su golpe ni aparece su saque ganador, pero mantiene la calma y no comete errores groseros. Tras ese primer intercambio de golpes, Darío crece. Suele ser un comienzo duro, con muchos pelotazos, porque el pelaire quiere partidos duros para aprovechar su físico.
Así, frente a Elezkano ambos llegaron muy equilibrados hasta que el marcador señalaba 6-4 a favor del vizcaíno. Una tacada de doce puntos, 6-16, rompió el partido. Administró la renta y ganó. Días después, pero frente a Peio Etxeberria, Darío alcanzó el 6-2 después de un muy buen comienzo, aunque inferior a la tacada que protagonizó después. Dieciséis tantos para finiquitar el duelo: 22-2. Inmerso en esa dinámica, Urrutikotxea suponía un reto diferente. Después de ganar tres partidos para colarse en la fase final, un mal día le podía privar de entrar en cuartos de final y asegurarse tres partidos más. Mantuvo el guion. Tras el 3-4 que reflejaba la igualdad del inicio, Darío endosó al vasco un parcial de 0-17 para dejar sentenciado el enfrentamiento a falta de llegar al cartón 22.
De momento, el próximo domingo se medirá a Altuna en Bilbao en el primero de esos tres partidos. En su grupo también se incluye Zabaleta. No guarda buen recuerdo de ninguno de ellos. Y falta por saber quién será el cuarto integrante: Ezkurdia o Agirre.
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