«Nada me puede quitar la ilusión por la pelota»

- ¿Con qué se queda de la final en el Labrit?

- Con las caras de emoción de la gente más cercana. Sé que han sufrido mucho conmigo aunque nunca me lo hayan dicho para no meterme más presión. La chapela la quería para mí y para agradecer todo lo que ha hecho mi entorno por mí.

- Fue una final extraña en la que dominó al principio, pero no parecía disfrutar...

- Con la derecha no jugué nada y además saqué fatal. Tenía que haberlo aprovechado más. Y con la diestra, al no gozar, intentaba tocar pared. Muchas veces me terminaba complicando. Pero con la zurda creo que hice un gran partido. Eso sí, me quedo con que gané sin utilizar mis principales armas.

- Se le vio muy bien en defensa, llegó a casi todas las pelotas...

- Sabía cómo me tenía que colocar porque Elordi, en cuanto tuviese la ocasión, iba a intentar terminar el tanto. Tenía que dar un paso adelante y estar muy atento. Eso fue clave.

- Salió muy serio, al contrario que Elordi. ¿Cómo lo consiguió?

- Calenté muy bien, muy fuerte, prefería casi pasarme que salir frío. Aunque en algún tanto me llené pronto, notaba que tenía las piernas sueltas y eso era importante.

- Cuando vio que Elordi se acercaba en el marcador, ¿pasó miedo?

- Me entró un poco de tensión. Entonces empecé a intentar parar el partido, cambiar la dinámica.

- ¿En qué pensaba?

- Si piensas en esos momentos, es para mal. Trataba de evadirme.

- Tuvo suerte con un fallo de Elordi en el 17-11 y se fue al vestuario en un momento clave. ¿Qué hizo?

- Me tumbé en la banca y me puse a mirar el techo. No quería pensar en nada y me vino bien porque no debía variar la estrategia. Me vino bien.

- Con el título, se le abren puertas...

- Para mí es muy importante, tenía ganas de un triunfo bonito que se supone que te garantiza entrar en el próximo Campeonato de Primera.

- ¿Cuándo acaba contrato?

- Pronto.

- ¿Y mantiene la ilusión?

- Sí, nada me puede quitar la ilusión por la pelota. Además, creo que tengo que seguir mejorando y creciendo. Es el sueño que tengo desde que era un crío. Estoy en el buen camino. He mejorado con el aire de zurda, aunque aún tengo que ser más contundente, he aprendido muchas cosas pero debo mejorar a la hora de levantar pelotas, de defender en el ancho...

- El título llega a los 23 años que es la edad ideal para la formación aunque a veces se piense lo contrario.

- Parece que somos mayores con 23 años, que a esa edad deberíamos pelear por el título de Primera. Altuna, Irribarria... nos han malacostumbrado, pero ellos son unos fenómenos. Otros, como Urrutikoetxea o Ezkurdia, entre otros muchos, han necesitado más tiempo, son de progresión más lenta.

- Cuando acabó el partido, le costó reaccionar para celebrar el triunfo. ¿No se lo creía?

- La verdad es que no pasaba nada por mi cabeza. Vi que el pelotazo de Elordi no llegaba, que la pelota caía y seguí corriendo. Entonces me di la vuelta y vi las caras de ilusión de mucha gente que venía a abrazarme y felicitarme. Me hizo una ilusión tremenda.

- ¿Cuál es su siguiente reto?

- Curar la derecha [ríe].