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Después de años de ostracismo, la faraónica obra del Navarra Arena va a ver la luz. Una reciente inyección económica de más de seis millones de euros va a permitir que el recinto polideportivo y apto para todo tipo de espectáculos se abra al público.
Ayer, la consejera de Cultura, Deporte y Juventud de la comunidad foral, Ana Herrera, anunció los primeros eventos del recinto vecino a El Sadar. Para el mundo de la pelota, el Navarra Arena será muy importante. El próximo 29 de septiembre (apenas unos días después de la final de San Mateo), el recinto acogerá la final del Masters Codere, que medirá a los pelotaris más regulares de toda la temporada. Y, el 18 de noviembre, recibirá por primera vez una final de un torneo oficial, la del Cuatro y Medio del 2018. Sus más de tres mil asientos en las gradas pugnarán con el frontón Bizkaia por el resto de las finales.
Más allá de las infraestructuras, la realidad de la pelota pasa por el Campeonato de Parejas. Mañana se seleccionará el material para el partido de Oñate (Bengoetxea-Larunbe ante Elezkano-Rezusta, a las 11.30 horas) y Urrechu. En este caso, la cita de Urrutikoetxea-Aretxabaleta e Irribarria-Merino será a las 16.30, una hora antes de que comience el festival adelantado de la jornada.
Logroño será protagonista el jueves a las 13.30 horas para acoger a Olaizola-Imaz y Víctor-Albisu, mientras que en Pamplona la elección tendrá lugar a las 10.30, entre Ezkurdia-Zabaleta y Altuna-Martija.
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