Pelota | Feria de San Mateo

El logroñés Zabala peleará por el título de San Mateo

La grada estalló por primera vez cuando Javi Zabala firmó un gancho cogiendo la pelota en lo más alto y Altuna no pudo llevar la esférica al frontis. 0-4 para el pelotari local y José Javier Zabala. El aficionado se miraba sorprendido e ilusionado. El dinero había salido a favor de Altuna y Martija, aunque, claro, es muy raro que el amezquetarra no sea favorito para la cátedra juegue donde juegue y contra quien juegue.

Con 0-4 el partido se abría por completo y permitía a los de azul caminar hacia el veintidós con una buena renta. Impensable incluso, pero el electrónico señaló el 4-10. Zabala no se complicaba la existencia buscando en el cuerpo a cuerpo a Altuna; éste, como el miércoles, no tenía la finura necesaria en sus golpes; Zabala ejercía como el gran zaguero que es, trazando pelotazos soberbios y dirigidos con ambas manos que obligaban a Martija a entrar de aire con sus pies sobre el siete para evitar el rebote; y este último tampoco tenía frescura. Tres pelotas había entregado ya para ese momento, amén de un saque.

La grada se calentaba. No era para menos. Hace dos años, Víctor Esteban, ayer un espectadores más, cruzó la difícil puerta que separa la primera fase de la final. Zabala estaba ya en el umbral, con las llaves en la mano. Dos riojanos en la final matea en tres años. Demasiado para la débil salud de la pelota de casa. Ahora bien, tiene truco y responde al nombre de José Javier Zabala. Fue fundamental en el triunfo del pelaire y puede llevar al logroñés a la cima, a cumplir su sueño de niño.

Una caída de Zabaleta permitió a sus rivales alcanzar el quinto tanto. Intentó arrancar su maquinaria Altuna y con un pelotazo y una apertura redujó la distancia a tres, 7-10. Aun así, las sensaciones no eran buenas. No lo habían sido ante Larrazabal e Imaz y tampoco ayer. Sumó el octavo tanto con un gancho y el noveno y el décimo buscando la pared lateral. Ahora bien, el marcador ya cantaba el 10-14 y Zabala y Zabaleta sabían que con llegar a diecisiete estaban en la final. Había estado 7-14 después de un arreón cimentado en tres tantos del riojano y otro pelotazo del navarro.

Mandaban, pero Altuna estaba despertando. Zabala tuvo un amago de evadirse al encajar el décimo tanto, pero su cabeza aguantó en el frontón. Zabaleta, otra vez, puso la pelota en el diez para que muriera en el rincón. Quince. Tanto durísimo. Perderlo era doloroso; ganarlo suponía casi levitar. Y el riojano creció con una pelota al ancho. Dieciséis. Quedaba solo uno y ese lo logró Zabaleta con otro pelotazo. Soberbio. 10-17. Ya estaban en la final. El 'Gallo', botillero de Zabala, se ponía en pie en la grada pleno de felicidad. Había más. Una nueva dejada del logroñés puso un poco de calma. Todos a la silla. 10-18. Y de ahí al 13-22. El domingo, la gran cita.