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Unai Laso y Ander Imaz jugarán la final del torneo de Parejas. Era la incógnita que faltaba por resolver. Ambos ganaron en Eibar a ... Altuna y Martija por 6-22 tras un partido carente de historia y reflejo de dos estados de ánimo distantes. Por cierto, estos últimos también pelearán por el título, porque ayer comparecieron en el Astelena con la final garantizada. La inclusión de Laso e Imaz significa que Elezkano y Zabaleta, actuales campeones y con opciones remotas de jugar la final hasta ayer, quedan fuera. Y que Baiko, que solo contaba con esta pareja en semifinales, peleará por el título en igualdad de condiciones con Aspe.
Altuna dejó la pelota junto al rincón y Laso la recogió para soltar su zurda y mandarla, abierta, al nueve sin que Martija tuviera sitio para devolverla. Tanto. Imaz levantó los brazos victorioso mientras recuperaba su sitio en la zaga. Era el décimo sexto punto de la pareja azul y ya daba igual si ganaba o perdía porque ese tanto les clasificaba para la final. 5-16. Impensable para muchos de los presentes en el Astelena por la facilidad y rapidez en alcanzarlo.
Lo cierto es que al frontón eibarrés acudieron dos parejas con la mente muy diferente. Unos no necesitaban nada del partido; los otros, llegar a esos dieciséis tantos para jugar la final. La diferencia de motivación, o un mal día, quedó palpable y aunque Altuna y Martija no se jugasen nada, habrá que esperar a ver si la dureza de la derrota tiene algún tipo de reflejo en la final.
Laso e Imaz no dieron ninguna opción a sus adversarios y desde el primer momento establecieron distancias con las que manejar el partido. Los dos tantos que ganó Altuna son un reflejo del duelo; los catorce que sumó Laso también, pero sobre todo los tres, solo tres, que erró.
Los azules sumaban de cinco en cinco, prácticamente, cuando los de rojo lograban un punto. No tuvieron el golpe de gracia necesario Altuna y Martija en determinados momentos, cuando buscaban ese pelotazo desequilibrante, pero no les excusa de la magnitud de la derrota. La dejada que le dio el segundo tanto al guipuzcoano y al navarro, engañando por completo a Laso, quiso alimentar el duelo. 2-5 y un mundo por delantero, pero el delantero navarro no quería sorpresas. Tres tantos sumados y un error de Martija llevaron el electrónico hasta el 2-10. Más allá de la diferencia, las sensaciones señalaban a un claro ganador, al dúo de azul. Laso e Imaz les entregaron tres puntos más. Apenas para tomar aire, porque corrieron al esprint hacia el cartón del veintidós. El navarro no cejaba en su empeño. Pelotazos para obligar a Martija y violentos ganchos a los que no llegaba Altuna. Su repertorio era aún más rico, pero sobre todo su mente. Poderosa. La final, seguramente, sea una historia bien diferente.
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