Álvaro Untoria, durante un entrenamiento en su casa para recuperarse de la lesión de hombro sufrida en noviembre. L.R.
PELOTA

El largo camino hacia los frontones de Álvaro Untoria

El najerino, que ultimaba su retorno, se ve frenado por el COVID-19: «Se me han hecho más largas estas tres semanas que los cuatro meses anteriores»

Víctor Soto

Logroño

Jueves, 9 de abril 2020, 09:39

Álvaro Untoria puede contar su último medio año con tres fechas claves. El 17 de noviembre se lesionó en Pamplona. El 12 de diciembre fue operado en Barcelona. Y, el 14 de marzo se decretó el estado de alarma y, con él, el final de ... gran parte de la actividad del país, incluido el deporte y, por supuesto, la pelota.

Publicidad

Un largo camino que se ha hecho duro para el najerino, sobre todo porque cuando veía un rayo de luz al final de un largo túnel de fisioterapia y entrenamientos individuales, se le apagó la bombilla de la reaparición inmediata. Y con la incógnita anda el de Aspe, entrenándose «para no perder todo lo que había conseguido en los últimos meses», según explica.

Porque lo que ha hecho estos meses Untoria es trabajar como un condenado a galeras. «Para recuperar de la lesión metía entre cuatro y cinco horas diarias de rehabilitación durante más de tres meses», señala. Gracias al trabajo con Fremap y con Germán, su preparador en Fisioterapia Las Gaunas, había logrado ponerse los tacos y empezar a pelotear después de haberse dañado el labrum (un anillo de cartílago que rodea la base del hombro y fundamental para el trabajo de fuerza de los pelotaris). «Estaba dando pelotazos desde el cuatro bastante a gusto, aunque no al cien por cien, porque el miedo tarda en irse», incide el riojalteño. «Me veía en la recta final, cerca de llamar a Jokin Etxaniz, [entrenador de Aspe] para organizar algún entrenamiento de parejas. Pero ahora...». En los puntos suspensivos hay resignación, pero sobre todo ganas de seguir peleando. «Se me están haciendo más largas estas tres semanas que los cuatro meses anteriores», reconoce Untoria. Cada día es una prueba para el najerino. «Tengo un mini-gimnasio con un par de máquinas y pesas y Las Gaunas me ha dejado una polea cónica que me devuelve los 'golpes' con la fuerza que les he dado y que me está viniendo muy bien para no perder la fuerza que ya había recuperado después de la intervención», señala. «Diariamente tengo una sesión de entrenamiento y los fines de semana, descanso. Pero se echa de menos salir a correr, otro tipo de ejercicios y, sobre todo, el frontón», recalca.

«Me veía ya en la recta final, cerca de llamar a Jokin Etxaniz para organizar algún entrenamiento de parejas»

«Los entrenamientos sirven para no perder la fuerza que ya había recuperado después de la intervención»

Porque es en el verde donde los pelotaris se sienten cómodos. «Se echa de menos el entrenamiento, reírte con los compañeros, la tensión de los partidos y la preparación que haces para ellos durante la semana... Ahora, cada día es entrenar y nada más», indica. Eso sí, las rutinas adquiridas durante el período de recuperación le han servido para encarar estos momentos de incertidumbre con la cabeza fría. Pero falta ese plus: «Cuando cambie el estado de alarma ojalá nos dejen ir al frontón, aunque sea para pelotear. Es necesario hacer mano para cuando se pueda jugar. Aunque hay cosas mucho más importantes, yo espero que antes de volver tengamos un tiempo de adaptación».

¿A puerta cerrada?

Metido en la pelota desde los 4 años, al zaguero riojano le cuesta pensar en unos frontones cerrados y partidos retransmitidos pero sin público pero «toca mentalizarse». «Si hay que jugar esos partidos para volver poco a poco y que se frene la pandemia, estaremos preparados», señala, aunque reconoce que se le hará «bastante raro».

Publicidad

Pero antes de que llegue eso, Untoria también tiene que sacar tiempo para concluir su Trabajo Fin de Grado (TFG) tras estudiar Magisterio. El tema, cómo no, se nutre de cuero y pared. «Es sobre la enseñanza de pelota en Primaria, para introducir la pelota en la escuela. Ya he hecho propuestas de ejercicios, estudiado las modalidades, los gestos técnicos... Te hace pensar mucho en lo que hace y, para mí, es poner un granito de arena para enseñar mi deporte», recalca el pelotari.

Todo llegará, también la presentación del TFG, pero el campeón del Parejas de 2015 no desvía su pensamiento de vestirse de blanco de nuevo. «Creía que para estas fechas ya iba a estar jugando de nuevo, pero toca esperar. Lo importante es volver bien y que todo haya pasado», explica antes de reconocer que ya se ha visto, un día, jugando en sueños. «Es curioso, pero cuando estás en plena competición, yo soñaba que llegaba al frontón y me había dejado los tacos. Ahora, el sueño es que juego». Ojalá que casi cinco meses después, ese sueño se haga realidad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad