Iñaki Artola y Mariezkurrena ya son finalistas

Los dos últimos necesitaban una carambola para entrar en la final, pero ésta tenía como inicio la victoria y, además, por ocho tantos o más de diferencia. En ningún momento se generaron la oportunidad. De hecho, la hipotecaron desde el principio, sobre todo mentalmente, ya que entregaron los cuatro primeros tantos, 4-0, antes de entrar en escenario en el que no había luz para ellos. Les costó a Artola y Mariezkurrena ganar su primer tanto, pero un pelotazo del segundo y un aire al rincón del delantero dieron inicio a una dinámica en la que fueron muy superiores.

Mariezkurrena castigaba a Albisu, inseguro, con sus pelotazos. Artola tenía cuero a placer para acabar el tanto cerca del frontis o seguir madurando al zaguero rival. Y a todo ello unió el acierto con el saque, dos. Visto y no visto los cuatro protagonistas se sentaban en la silla con un 12-1 que dejaba escaso espacio a la sorpresa. Y eso que regresaron los de azul con tres tantos consecutivos para abrir un momento de tregua, con intercambio de tantos, 12-4 y 13-7, pero un nuevo parcial de 7-0 acabó por ahogar a Peña y Albisu. Enlazó Artola cinco tantos, sumó uno más Mariezkurrena con un pelotazo y Peña erró con su derecha. El 20-7 era decisivo porque los adelantados no daban muestras de debilidad ni de fisuras como pareja. Movían la pelota a su antojo y la ponían muy cerca del rebote, como también en algunas ocasiones Albisu. Alegres las esféricas.

El triunfo era cuestión de tiempo. Sumaron tres tantos más Peña y Albisu, pero no se trataba del número, sino del juego y de apelar a un milagro. No lo hubo. Peña falló con la zurda y Albisu cerró una mala tarde mandando la pelota a la contracancha. Punto y final.

Hoy se juega la otra semifinal, en la ciudad de San Sebastián. Ezkurdia y Rezusta se miden a Laso e Iztueta con una victoria de renta, dos frente a una, en semifinales. Esa diferencia les permite pasar a la final si ganan, no hay dudas, o si pierden, siempre y cuando sumen dieciséis tantos como mínimo. El partido, por lo que hay en juego y por la calidad de sus protagonistas, se presenta completísmo para los aficionados.