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logroño. La Feria de San Mateo ya es pasado para Víctor Esteban. Sólo quiere acordarse (y un poco) del triunfo logrado el domingo en la antesala de la final de la feria. «Fue un cambio de última hora y me apetecía jugar ante tanta gente, ... ganar e ilusionarme», reconoce el delantero ezcarayense.
Pero ya en su mente estaba el inminente Campeonato del Cuatro y Medio. Mañana, en Zalla, afrontará su primer escollo, ante el campeón manomanista, Iker Irribarria. El que gane entrará en la liguilla de cuartos, lo que garantiza tres partidos más, y el que pierda, quedará eliminado. Para Víctor no se trata sólo de la cantidad, sino de la calidad: «Ganar significaría estar en la liguilla otra vez, me serviría para evolucionar y mejorar como pelotari midiéndome a los mejores. Evolucionar es mi objetivo».
Enfrentarse a Irribarria supone un reto y un aliciente. «Parece que el cuatro y medio es una modalidad que le cuesta, pero le he visto hacer partidos muy buenos en el Cuatro y Medio navarro. Acostumbrados a ver cómo marca las diferencias a toda cancha parece que se le da mal, pero no. Tiene potencial para sacar de sitio a cualquiera», indica el pelaire.
Por eso, prefiere mantenerse cauto y elegir el camino del trabajo, que le ha permitido meterse en la liguilla en las últimas tres ediciones del acotado (2016, 2017 y 2018). «Pienso más en lo que tengo que hacer, que es un partido sólido. Debo sacar bien y restarle buscando las cosquillas. Haciéndolo bien, a cualquier rival se le puede hacer daño», resume.
Para lograrlo, Víctor aspira a dar velocidad al partido. Ayer, en Zalla encontró dos cueros aptos para su juego. «Estoy contento porque había pelotas rápidas, que es lo que buscaba, sobre todo por abajo. Él ha cogido otras más lentas, de más bote», añadía.
No quiso ayer ejercitarse en el recinto vizcaíno. Lo había hecho la semana pasada ante Peña y el martes, ante Alberdi. Además, antes de San Mateo también se había probado con Artola y había entrenado saques y restos. «He hecho hincapié en las claves, que son los saques y restos. El resto de cosas no cambia en exceso salvo algún movimiento como recular a toda velocidad», aseguraba.
Mientras, Irribarria se mostró ayer cauto en Zalla. Eliminado el pasado año por Elezkano y ausente del torneo en el 2017, busca reivindicarse en una modalidad que le es esquiva. Además, sabe de la dificultad que supone superar a Víctor Esteban, que ya le puso en muchos apuros en el Manomanista que acabó ganando. El único referente en el Torneo del Cuatro y Medio entre ambos pelotaris se remonta al 2016, en la liguilla, cuando Irribarria batió al riojano en Echévarri por 22-14.
«Para este Cuatro y Medio he entrenado más descansado y tratando de buscar sensaciones. Veremos el resultado. En los dos entrenamientos que he hecho en frontón, éstas han sido buenas, aunque todavía tengo cosas por mejorar», resumía el de Arama tras la elección de material en Zalla.
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