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«El partido que resta es para disfrutar y pensar ya en el próximo año». Son las últimas palabras que Javi Zabala pronunció en el ... Atano III de San Sebastián tras perder frente a Jokin Altuna y quedar eliminado del Manomanista. El logroñés era uno de los cuatro cabezas de serie del torneo, pero cayó primero ante Darío y después ante el amezquetarra. Dos encuentros muy físicos en los que Zabala desveló falta de físico, pensamiento que cuadra con la marcha del marcador.
El delantero de Aspe cierra el torneo con 32 tantos en sus dos partidos, de los que ha ganado seis con el saque y diecinueve en jugada. El resto, siete, proceden de errores de Darío y Altuna. Además, ha cometido once fallos, ha estado sobre la cancha 118 minutos y ha intercambiado 582 pelotazos. Números globales, aunque la claves reside en los detalles de ese comportamiento.
«He tenido una pequeña crisis de falta de aire, se me ha escapado. Luego creo que le ha pasado a él.», decía Zabala tras perder contra Darío en Vitoria el 11 de abril. Se refería a esos tantos que llegaron en el entorno del primer descanso (12-11).
Zabala comenzó con fuerza y acierto el partido. Estableció varias rentas, 0-4, 6-9 y 8-11, pero a partir de ese momento comenzó a sufrir. La primer tacada de Darío le llevó a voltear el partido, 14-11 y a marcar un peligroso 16-12. Recuperó el aliento el logroñés y fue capaz de ponerse por delante, 16-17, pero ahí acabó su recorrido, porque Darío le respondió con un parcial idéntico de cinco tantos, 22-17.
El partido entre Altuna y Zabala fue similar en el marcador final, 22-15 en este caso, pero muy diferente en su desarrollo. Incluso desde antes, porque Zabala llegaba a San Sebastián molesto con el material.
«He empezado con todo y he metido mi ritmo en los primeros tantos. Las pelotas estaban nuevas y andaban. Con la volea larga hacía sufrir a Altuna», explicaba el logroñés. De hecho, firmó otro brillante inicio, con un 0-6, y estableció rentas de seis tantos, 1-7 y siete, 8-15. «En el tanto quince me ha venido la flojera, no le hacía daño y las pelotas se han quedado. Hemos jugado muy cerca del frontis. No he sabido sufrir sobre la ancha, Altuna ha cogido el saque y yo no he sabido salir de ahí con un buen pelotazo. Él ha sacado ese espíritu de campeón que lleva dentro y ha remontado», admitía.
Y es que hasta el tanto quince todo iba bien. Zabala tenía a Altuna contra las cuerdas y al borde de la eliminación, pero esa flojera, física y mental, le pasó factura. Si Darío le había endosado un parcial final de 5-0, Altuna fue más allá y firmó una tacada de catorce tantos, con varios saques incluidos. «He llegado primero al quince y estaba sacando bien, pero a partir de ese momento no me entraba la pelota en la mano y me he rendido, al menos un poco», admitía el riojano. Hasta el 2026.
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