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JUAN PABLO MARTÍN
Jueves, 23 de febrero 2023
Jugará su último partido el 4 de marzo en el Atano III de San Sebastián. Iker Irribarria, el campeón manomanista más joven de la historia, ya tiene la fecha de su despedida. Los problemas que sufre en la rodilla han cortado en seco su carrera. ... Lo confirmó ayer en la rueda de prensa que ofreció en la Casa de Cultura Portalea de Eibar arropado por toda la empresa Aspe, con la que debutó hace ocho años, y algunos pelotaris de Baiko. «Dejo algo que quiero de verdad», destacó.
Acompañado en la mesa por Fernando Vidarte, administrador único de la promotora eibarresa, y su director comercial, Inaxio Errandonea, leyó un texto en euskera en el que ofreció los pormenores de «una de las decisiones más duras de mi vida». Irribarria admitió que, tras la operación de la rótula de su rodilla derecha, hace un par de años «la situación mejoró», pero unos meses más tarde todo se empezó a torcer porque llegaron «otra vez las molestias». «He intentado ponerle remedio y he acudido a diferentes especialistas, pero su recomendación ha sido clara». No puede seguir jugando a nivel profesional. Sin embargo, cuestionado por la dolencia exacta que sufre, prefirió no desvelarla. «Es algo muy personal que no puedo responder. He estado con los mejores profesionales y todos me han indicado lo mismo. Que baje el pistón. Que deje el deporte a este nivel porque tengo muchísimas limitaciones», confesó.
Irribarria aseguró que cuando recibes una noticia de este tipo «te agarras a cualquier cosa». «Los dos últimos meses han sido muy duros», subrayó. Su pelea ha sido constante para tratar de encontrar un remedio porque la lesión afectaba a su rendimiento, y los dolores después de entrenar y de los partidos eran constantes. «Cuando ves el final de tu contrato ahí mismo –acababa en diciembre–, es complicado exigirte en una situación así, por lo que los momentos solo en casa han sido complicados y he sufrido mucho. He tomado la decisión de dejarlo porque es lo mejor para mí. Ahora estoy tranquilo y me siento liberado».
Pone punto y final a ocho años en los que ha sumado dos chapelas del Manomanista y una del Parejas, y se va «orgulloso» de lo conseguido. Pero este deporte no lo es todo. La vida sigue. «Esto es una profesión y dura lo que dura. Tengo una familia estupenda –hace pocos meses fue padre de una niña– y estoy disfrutando de ella. Tengo a lo que agarrarme».
A la hora de valorar con qué se queda de su trayectoria, el delantero no tuvo dudas. «Lo que más me ha gustado ha sido todos los compañeros que he hecho. He disfrutado mucho con ellos y espero seguir haciéndolo. Las chapelas están ahí, pero lo más importante es el ambiente que tenemos en la empresa. Eso no se paga con dinero ni con victorias».
Fernando Vidarte confirmó que en el último encuentro formará pareja con Zabaleta para medirse a Altuna III y Martija. «Ha sido un pelotari que engrandece este deporte», manifestó.
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