Darío Gómez no estará presente en el campeonato del Cuatro y medio y sí Danel Elezkano. Ambos se jugaban la plaza de Aspe que quedaba ... libre y ganó el vizcaíno por 22-15. El riojano comenzó con soltura, 5-12, pero se marchó del partido en la segunda mitad, 10-2 en contra, en la que no tuvo respuestas al juego de su adversario.
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Darío es de esos pelotaris artista para todo. Para ganar tantos y partidos, pero también para perderlos. Comenzó con un saque ganador y una dejada antes de que Elezkano empatase el partido. El saque fue uno de sus argumentos, buscando la incomodidad de su rival. Abría la pelota al ancho apelando a la pared lateral o incluso de carambola. Así sumó el quinto y espectacular tanto, al que siguió un gancho para establecer la primera ventaja reseñable, 2-6. Se sentía cómodo el riojano y aunque enlazó tres tantos el vasco para situarse a uno, 5-6, cuatro errores de y dos saques más rompieron el electrónico, 5-12. El partido parecía casi hecho porque a Danel Elezkano le cuesta jugar en pelea individual con el marcador en contra.
Elezkano
22
-
15
Darío
Duración: 50 minutos.
Pelotazos: 176.
Saques: Elezkano, 5; Darío, 4
Faltas: Elezkano, 1; Darío, 0
Ganados: Elezkano, 13; Darío, 5
Perdidos: Elezkano, 6; Darío, 4
Marcador: 0-2, 2-2, 2-6, 5-6, 5-13, 7-12, 7-13, 12-13, 12-14, 20-14, 20-15 y 22-15.
Botilleros: Ekhi Zuarrusta, con Elzkano; Martín Gómez, con Darío
Incidencias: Beotibar de Tolosa
No perdió el temple, no obstante, el vasco. Avisó con una dejada y un saque para entrar en ebullición con una volea a contrapase y dos saques más. Añadió Darío su segundo error y el marcador se había cosido, 12-13. Había partido con un pelotari, Elezkano, creciendo y otro, Darío, estancado.
Una pasa del riojano y una pelota a la pared empataron el enfrentamiento, pero sobre todo lo cambiaron. Elezkano creyó en el triunfo y a Darío le entraron las dudas. Apertura, saque y remate, gancho, aire y dos saques fueron decisivos. 20-14. Darío no sabía qué hacer, no tenía respuestas sobre la cancha, aunque sabía perfectamente lo que pasaba. Su resto dejaba la pelota a placer a Elezkano. Era incapaz de quitársela. Colapsó su mente porque antes de restar buscaba cómo hacerlo para que su rival no le sentenciase cerca del frontis.
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Una falta de saque rompió la racha. Decimoquinto tanto. Nada más. Los errores que no había cometido el pelaire a lo largo del duelo los firmó en los dos últimos tantos con una pelota a la chapa, que si hubiera sido buena le habría dado el tanto y una mala recogida. Se acabó.
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