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Jokin Altuna estará en las semifinales del Manomanista y Darío Gómez, no. El riojano perdió por 22-19, como hace dos años en Bilbao. El amezquetarra sigue siendo su bestia negra. Ganó porque fue mejor en el computo global, pero sobre todo porque cometió menos ... errores que el pelaire, algo fundamental en el mano a mano. En su adiós, una carambola única, un rebote en el que la pelota botó en el ocho y medio, un juego fantástico por momentos y sobre todo, el Astelena en pie para despedirle. Lástima de ese inicio de partido, con demasiados fallos. La pelota riojana queda ahora en manos de Javier Zabala, que estuvo en el Astelena. En unos días tiene cita con Unai Laso en Pamplona.
Altuna:
22
-
19
Darío:
Duración: 69 minutos
Pelotazos: 328
Saques: Altuna, 4; Darío, 3
Faltas: Altuna, 0; Darío, 1
Ganados: Altuna, 12; Darío, 14
Perdidos: Altuna, 2; Darío, 6
Marcador: 0-1, 7-1, 7-5, 8-5, 8-6, 12-6, 12-9, 13-9, 13-11, 17-11, 17-12, 18-12, 18-18, 19-18, 19-19 y 22-19
Botilleros: Gorka Altuna, con Jokin Altuna; Asier Gómez, con Darío.
Incidencias: Astelena de Eibar. Buena entrada. Último partido de la liguilla de cuartos de final del Manomanista.
Ver a Darío sobre la cancha es como disfrutar de una buena ópera. O la amas o la odias. El pelaire no deja a nadie indiferente merced a ese rasgo de genio que alberga y, además, es imposible odiarle. Así, ganó el primer tanto con una pelota paralela a la pared, pero en su segundo saque hizo pasa. Darío. No fue capaz de llevar dos pelotas con su zurda y encadenó tres saques consecutivos, el segundo de ellos por exceso de vista al medir. Y con el séptimo llegó el primero de Altuna al firmar la temida secuencia saque-remate. De repente, el riojano ya perdía 7-1.
Pero Darío siempre es Darío. Y por esos levanta pasiones, también en Astelena. Recuperó el saque merced a una afortunada caída al ancho y con él firmó el acercamiento. Dos tras bellos pelotazos, sobre todo el segundo, y el tercero, de saque. En su primera aparición hegemónica se había colocado a dos tantos, 7-5, pero sobre todo había evitado la ruptura, sobre todo en su cabeza.
El partido volvía a equilibrarse, algo que no gustaba a Altuna. Se hizo de nuevo con el saque tras abrir la pelota al ancho y llevó el duelo a un momento en el que pudo jugar más cerca del frontis, donde es un pelotari letal. Concedió el sexto a su adversario con un error impropio de él en el primer cuadro, pero abrió una tacada de cuatro tantos, incluido un saque y dos remates que hicieron temer a la cátedra riojana una nueva ruptura, tal vez definitiva. 12-6, paso por la silla y una larga charla de Altuna con su primo.
No parecía estar contento el amezquetarra, pero gozaba de seis tantos de renta. Como en el 7-1. Incluso mejor, aunque Darío estaba dispuesto a repetir historia. Una segunda caída al ancho le dio el saque y se animó. Carambola, dejada y una espectacular carambola que nació muy abajo antes de su segunda saque le llevaron a llamar a las puertas de tomar la delantera, 13-11. Volvía a meterse en el partido, pero como ya le había pasado con el 7-5 no daba el paso definitivo. Se quitó la pelota para provocar una carambola muy alta que se fue a contracancha y Altuna agradeció el saque para firmar un nuevo remate ante la respuesta de Darío, alcanzar el décimo sexto con un pelotazo y el siguiente con una pelota a la pared tras recoger una carambola que no tenía nada. 17-11. Volvían los seis tantos de diferencia.
Darío abrió su tercer capítulo. No con una caída afortunada, sino con un soberbio pelotazo que acabó en el rebote. El primero lo había evitado el amezquetarra con su zurda, pero el segundo fue excesivo. El Astelena se puso en pie por un momento, porque ese duodécimo tanto no tuvo continuidad en el marcador. Acto seguido mandó a la chapa la pelota. 18-12. Darío se marchó a vestuarios mientras que Altuna se quedó peloteando. Tenía más prisa por seguir el vasco que el riojano.
Darío regresó en busca de la gloria para empatar el partido, 18-18. Gozó de la pelota, alejó a Altuna del frontis y logró desbordarle, pero también superarle cerca del frontis con la carambola y la dejada. Sumó su tercer saque. Estaba lanzado. Capaz de todo, incluso de mandar la pelota a la contracancha cuanto tenía el tanto hecho con un toque de menos fuerza. Abrió la puerta del triunfo a Altuna, que la veía casi cerrada. Empató Darío por última vez, 19-19, pero no aguantó más. Altuna sumó los tres tantos que necesitaba y soltó toda la tensión. Será, una vez más, semifinalista en el Manomanista. Mientras tanto, el Astelena se ponía en pie para acompañar a Darío a vestuarios. Un pelotari diferente, muy diferente.
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