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Darío Gómez estará en la fase final del Manomanista que se presenta esta mañana en el Museo Chillida Leku de Hernani. No sabe qué ... recorrido tendrá, pero de momento llega a ella después de superar tres eliminatorias previas y dejar constancia de sus condiciones para la especialidad. Ayer firmó un magnífico partido contra Peio Etxeberria, al que superó por 22-2 en cuarenta minutos y sin alcanzar los doscientos pelotazos.
El delantero ezcarayense solo necesitó dos tacadas. La primera, de 5-0 para abrir el partido; la segunda de 17-0 para cerrarlo. Peio Etxeberria plantó cara en el comienzo del enfrentamiento, apelando a tantos más peloteados y con mayor equilibrio, pero hiciera lo que hiciera el punto caía del lado del riojano, que vio cortada su racha tras alcanzar el quinto tanto. El navarro tuvo su momento, con dos tantos consecutivos merced a un golpe ganador y al único error de Darío, pero una dejada de este último para poner en el electrónico el 6-2 marcó el inicio del caminar hacia la victoria. Seguramente, no el propio Darío esperaba algo así.
Lo cierto es que todo lo hizo bien y nada mal. Con el saque, además de contabilizar seis, obligó mucho a su oponente, que alternaba el aire con el encuentro a bote. De hecho, golpeó más de aire que de bote Peio Etxeberria. Darío cerraba el tanto a su antojo. Buscaba la dejada al rincón, la carambola, la apertura al ancho, como la espectacular que firmó para su duodécimo punto, o el pelotazo. Desbordaba a su oponente con un golpe fresco y si necesitaba defenderse para volver a atacar buscaba mucha pared lateral y altura en su respuesta para incomodar el aire del navarro. Ni el paso por la silla ni los consejos de su botillero cambiaron el gesto contrariado de Peio Etxeberria, que estaba absolutamente desactivado. Solo quedaba acabar y pasar página. Y así fue. Un tanto de saque puso final al compromiso. Darío había llegado a él tras eliminar a Elordi y a Elezkano; Etxeberria, campeón el año pasado del Manomanista de Promoción, había accedido a esta ronda directamente.
Sonriente y con su sentido de humor habitual, Darío Gómez analizaba su partido ante las cámaras de ETB 1. Satisfecho, agradecido porque todo le había salido bien ante Peio Etxeberria y expectante ante el sorteo de hoy.
«He salido muy concentrado a la cancha, aunque con la tensión propia de saber que era el último partido antes de entrar en el torneo. Lo he notado sobre todo en las piernas, pero como me han ido saliendo bien las cosas todo ha desaparecido», admitía el pelaire.
Darío admitía que en esos primeros tantos había tenido un poco de fortuna porque los había ganado él después de una gran «dureza». «Han sido largos y han caído de mi lado. Creo que Peio no sabía muy bien qué hacer para cambiarlo», explicaba.
Más allá de la dureza, Darío mostró frescura en el golpe y variedad. Hizo daño de muchas formas diferentes, pero sobre todo apoyado en su mano derecha. «He gozado. En parejas quizá no me coge tanta altura la pelota, pero he disfrutado y sí que le he dado esa altura que quería. La voy a necesitar en el torneo», señalaba.
Torneo al que llega después de ganar tres eliminatorias previas, número según él «por el alto nivel que hay en Aspe» y también pensando en lo que se va a encontrar en el cuadro final. «Aquí todos son buenos y duros pelotaris, como también los han sido en la previa. Para mí sería muy bonito superar la primera ronda porque me garantizaría tres encuentros más, en la liguilla», concluía.
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