Darío Gómez | Pelotari

«Le he dado mucho a la cabeza, pero para buscar soluciones más que nada»

– ¿Cómo se encuentra?

– Pues también es un poco incógnita para mí porque llevo tiempo sin jugar y, al final, donde se ve de verdad es cuando estás de blanco, cuando tienes que echar toda la carne en el asador. Es cuando de verdad ves cómo estás.

– Dos meses... es como un castigo.

– Sí, sobre todo alejado de vestirme de blanco. He metido más horas aquí, cambiando tacos, haciendo cosas nuevas, haciendo un poco experimentos. He metido muchas horas en el frontón. Pero sí, se hace duro y se hace largo. Casi que desconectas un poco... Ha habido fines de semana que algunos partidos ni veía. Sin embargo, cuando estás ahí metido un poco en la pomada, muchas veces ves todo prácticamente.

– ¿Y cómo están tus herramientas, tus manos?

– Veremos el sábado, a ver cómo responden. Han estado ahí, un poco entre algodones, no terminaba de encarrilar una o dos semanas seguidas sin tener problemas. Además, no era el mismo punto de la mano. Libraba bien esa zona, entrenaba uno o dos días medio bien, y al siguiente notaba en otra zona... y así iba cambiando. Y se hace un poco duro, pero bueno, de todo se aprende al final.

– A usted le gusta procesar y razonar todo lo que pasa. ¿Cómo ha pasado estos meses?

– Le das a la cabeza, pero para buscar soluciones más que nada. No me como demasiado la cabeza, tampoco tengo demasiado tiempo para comerme la cabeza y creo que eso es bueno. Y a medida que se va acercando la fecha, sí que le das alguna vuelta más, pero lo justo.

– Por fin llega el Manomanista.

– Al final tienes una fecha como objetivo, en los entrenamientos y en la preparación. Y vas acercándote y viendo un poco contra quién te puede tocar, cómo llegan los rivales, cómo llega uno u otro al mano a mano. Te vas haciendo tus historias, pero vaya, ya te digo que sin comerme la cabeza demasiado.

– ¿Quiénes han sido sus confidentes durante este tiempo?

– No soy mucho de contar mis penas. Lo llevo yo, lo llevo bien. Pero... con la novia, la familia, los amigos, con los que más horas paso.

– Y los que más sufren...

– Sí, también. No soy de tener muy mal humor. La semana de partido, si no me están saliendo las cosas, estoy algo más callado o me meto más en mis adentros, dándole vueltas a la cabeza, pero si no, tampoco doy mucha guerra.

– Este sábado tendrá enfrente a Zabaleta, que viene de ganar el parejas con Peio Etxeberria y de eliminar a Jaka en octavos. ¿Cómo se le puede hacer daño?

– Si me lo cuentas tú igual mejor, (risas). No sé, es un pelotari que no se me ha da nada bien cuando juego contra él. El primer año, ni competí. El segundo año, pues un poco la sensación de mucha superioridad en el peloteo. Entonces no te puedes enfrentar en un cara a cara contra él, a pelotazos. Hay que intentar moverle. Veo partidos de Jokin (Altuna), que es el que más daño le ha hecho mano a mano, pero hay que tener las cualidades de Jokin para hacer eso. Se puede saber lo que hay que hacer, pero luego hay que ser capaz de hacerlo. El sábado vendremos con las ideas claras, pero luego igual el partido te lleva por otros lados y hay que cambiar.

– Visto lo visto ante Jaka y cómo sacó Zabaleta y teniendo en cuenta que usted también es un buen sacador, ¿será clave la jugada inicial para sus aspiraciones?

– Sí, pero para él también. Él es el mejor sacador del cuadro, la pelota te viene como un tiro. La duda es si restar a bote o de aire, porque se presupone que no va a hacer mucho saque-remate. Pero también se ha visto que va para adelante si las cosas le salen bien. Tendré que estar atento también.

– Zabaleta, Altuna y Laso. ¿Le ha tocado el grupo de la muerte?

– Sí, un grupo bonito para pelear con los mejores. Es verdad que es un grupo muy fuerte y muy difícil para dar un paso más, pero lo que vamos a intentar es hacerlo lo mejor posible, que sufran los rivales cuando estén en la cancha y luego ya se verá. Son rivales muy duros de los tres. José (Zabaleta) por su pegada y porque es un rival al que me cuesta mucho enfrentarme mano a mano. Jokin (Altuna), porque es Jokin y Unai (Laso) se está viendo que está recuperando un poco la alegría y el juego. Y cuando Unai está un poco con chispa, sobre todo con la derecha como se le vio el otro día, es un rival muy, muy peligroso.

– Entre la irrupción de Javier Zabala y sus últimos meses victoriosos, y la presencia de Darío en la liguilla de cuartos de final, ¿siente que se vuelve a despertar más interés por la pelota entre los aficionados de La Rioja?

– Es importante tener referencias, sin duda. Cuando estaba Augusto (Titín III), quieras que no, la gente al final sigue una referencia o alguien que dé mucho nivel, o alguien al que se le dé mucho bombo. Al final, siempre viene bien a la pelota riojana tener referentes. Es un deporte al que hay que ayudar mucho porque no tenemos mucha cantera, va a menos. Por lo menos son las sensaciones que tengo yo y con la gente que hablo de La Rioja. Y entre todos, como digo, tenemos que intentar echar un cable.

– Usted es natural de Ezcaray, una localidad en la que se vive la pelota con mucha intensidad y en la que se trabaja mucho con la cantera. ¿Cómo está la cantera de la pelota en su pueblo?

– Gente sí que hay en Ezcaray, pero también hay menos críos que antes. Además, para desplazarte desde Ezcaray a los sitios pues igual a los padres se les hace más complicado. Pero en el club siempre se intenta trabajar de la mejor manera, allí está David de entrenador y la gente está contenta, los chavales están contentos.

– ¿Para apuntarlos a otros deportes hay más facilidades?

– Bueno, en el fútbol les montas en el autobús y la cosa es diferente. Pero la pelota... pues bueno, tienes que sacrificar muchos fines de semana y es lo que nos ha tocado hasta ahora. Espero que los padres sigan queriendo sacrificarse de esa manera como lo han hecho los nuestros.

Sin excusas por el escenario

– Hábleme del frontón. ¿Qué le parece el Labrit? ¿Se siente a gusto jugando aquí?

– Bueno, es un frontón noble, no te hace ningún extraño. A las paredes le cuesta salir un poco. La pared izquierda no es áspera, como otros frontones que le metes la rosca y sale mejor. Pero bueno, es un frontón noble que creo que a José le gusta bastante. A mí no me disgusta tampoco, así que no será ninguna excusa el frontón.

– El Labrit es conocido por el gran ambiente que registran siempre sus gradas. ¿El sábado tendremos seguidores de Darío en el frontón? ¿Se escucharán cánticos animándole?

– Algo sí, pero en Ezcaray siempre hay eventos. Y los de mi cuadrilla y los demás tienen una jornada de las juventudes, que organizamos desde la peña. Siempre hay cosas para hacer allá, o sea que no sé si vendrán muchos jóvenes.

– Hemos hablado de los rivales, pero seguro que ellos también estarán preocupados por jugar contra usted, que en los últimos años ha demostrado su potencial.

– Al final los resultados llegan y es lo que marca si has dado el nivel o no. En los últimos años el mano a mano se me ha dado bien.

– Pues que siga así...

– Espero que este año se me dé bien. Si salgo como un torito y me ponen el capote y entro, no me va a servir de mucho.

– ¿Es la especialidad en la que se encuentra más cómodo?

– Sí, sí, sin duda. Veo que, cuando llevo tiempo sin ir a entrenar, enseguida le cojo el sitio al frontón. Luego me pueden salir mejor las cosas o peor, pero entrenando el Cuatro y medio, me puedo tirar entrenando un mes y luego igual estoy perdido. Pero no pasa en el mano a mano, que es como el ABC, lo tengo un poco más claro.

– ¿Es lo que más teme, el no encontrar su sitio en el frontón?

– Lo que más temo al final es que las herramientas no estén bien. Y desde ahí ya todo sale mucho más rodado. Así que eso es lo principal.