Cuatro meses de sueños a una carta

Elezkano y Rezusta repiten candidatura. El año pasado se quedaron a las puertas de la gloria. Atravesar el umbral será hoy su objetivo. La situación no es nueva para el zaguero de Vergara, que afronta su cuarta final consecutiva de la especialidad. Domina atrás y los resultados le avalan, aunque sólo ha logrado un título de la especialidad.

Mientras, sus rivales tampoco son nuevos en estas lides. Irribarria conquistó la chapela hace dos años, con una juventud exultante, y tras ese momento comenzó su travesía por el desierto a la búsqueda de juego y espantando la presión que ahogaba a un campeón demasiado precoz. Por su parte, Zabaleta afronta su tercera final. En las dos anteriores, se subió a lo alto del podio. A los 28 años, el zaguero navarro atraviesa uno de los mejores momentos de su ya dilatada trayectoria como profesional.

La historia de todos es clara y no admite réplicas, pero la pelota vive de sensaciones y de presente. Y los que esta tarde vestirán de azul en el frontón Bizkaia aterrizan en la final tras superar una nube de buen juego y espectaculares prestaciones. Tres triunfos en semifinales (en dos dejaron a sus rivales en 12 tantos; en el otro Altuna y Martija rascaron hasta el 16) les hacen ser favoritos para la cátedra.

Zabaleta se ha agigantado en la cancha, minimizando a los zagueros rivales y dominando en sus últimas apariciones. Es un seguro de vida que, sumado a la potencia de Irribarria, ha encandilado a los aficionados y también al dinero de los apostantes.

Pero su potencial debe doblegar otra vez a la zurda de hierro de Rezusta, que llega al partido de esta tarde confiado en sus posibilidades y, sobre todo, secundado por un Elezkano sobrio y efectivo. El de Zarátamo, que juega en casa, se quiere sacar la espinita del 2018. Ya está en la élite de la pelota, pero sin títulos en el palmarés se es menos grande.

Dos duelos entrecruzados, dos estilos y dos momentos de ver el deporte en poco más de una hora de juego. Los nervios y la capacidad de templarlos determinará un resultado que se prevé ajustado. Aunque las finales siempre están abonadas a las sorpresas.

El festival se abrirá con un bonito Altuna-Martija ante Urrutikoetxea-Imaz y se cerrará con la presencia de dos riojanos: Darío y Pedro Ruiz, que parecen encontrar su mejor juego tras un mal Parejas de Promoción, se verán las caras con Arretxe II y Urretabizkaia.