Un centenario enrachado

En estos seis torneos, el zaguero navarro ha sumado dos chapelas, la de su debut, y la conquistada el pasado año junto a Ezkurdia. Son las dos únicas ocasiones en las que ha llegado a una final. El domingo, en su tercera cita, confía en volver a hacer gala de su fiabilidad.

Con 28 años, el de Echarren está disfrutando de uno de sus mejores momentos como profesional. Acumula cinco triunfos consecutivos en el torneo, aunque su estado de forma se prolonga desde el pasado verano, cuando conquistó tres títulos estivales. Regularidad, fuerza y constancia marcan el trabajo de un pelotari que en el frontón se siente muy cómodo junto a Irribarria.

Además, en el torneo ha demostrado ser un motor diésel, capaz de aguantar duelos muy largos. «Atravieso mi mejor momento físico. Antes tenía momentos buenos de juego, pero quizás me cansaba más. Ahora me noto mejor a la hora de aguantar los partidos», asegura el de Echarren. Eso se suma al hambre de títulos que se ha multiplicado después de esa fatídica temporada 15/16. «Tras la lesión siento más ganas de llegar lejos, de hacer cosas bonitas, de disputar este tipo de partidos, de finales. Posiblemente tenga más hambre de retos», reflexiona.

El domingo tendrá la oportunidad de medirse al 'guardaespaldas' que más obliga a sus rivales: «Es un deportista fuerte y con unas condiciones terribles para jugar a la pelota». Respeto máximo, pero también ambición son las señas con las que José Javier Zabaleta se va a presentar el domingo en Bilbao. El objetivo será, como en todo el campeonato, no desconcentrarse en ningún momento, puesto que si algo han demostrado Elezkano y Rezusta es que no pierden su brújula en ningún momento.

La tercera chapela colocaría a Zabaleta en el olimpo de los zagueros junto a Lasa, Arretxe o Tolosa. Por delante, solo Errandonea, Goñi III y el inalcanzable Maíz II. Alcanzarlos será el próximo reto de un zaguero enrachado.