Dos caminos muy diferentes hacia la final del Manomanista

Rezusta y Artola representan dos maneras muy diferentes de entender esta competición. Ambos parten de puntos opuestos, pues uno ve el partido desde la óptica de un zaguero pegador y el otro de un delantero que gusta del remate y de jugar cerca del frontis. Por otro lado, Artola alcanza las semifinales desde una mayor lejanía, pues debió pasar por la previa y eliminar a Arteaga II antes de entrar en el cuadro de octavos de final. A partir de aquí, ambos han cedido los tantos justos. Artola sufrió ante Agirre y cedió 18 puntos, pero su partido ante Urrutikoetxea fue un caminar sin sobresaltos. Dejó al vizcaíno en siete. Rezusta dio muestras de su versión más individualista ante Bengoetxea, al que frenó en catorce, y sentenció a Elezkano, ocho tantos, con un juego que mezcló la pegada del zaguero con el remate del delantero, saque incluido.

Rezusta, como Zabaleta, ha mantenido las virtudes del zaguero y ha sumado las del delantero. El vasco ha ganado muchos tantos con dejadas, saques y carambolas. Y a su resolución ha sumado movilidad, la que no se le ve en parejas. Así, Artola buscará un juego rápido y vibrante, que haga que esos movimientos de Rezusta sean más forzados.

El saque será un arma fundamental, porque los delanteros se han empeñado en restar de aire desde el cuatro y esa es una acción muy compleja. El zaguero, sin embargo, no tiene reparos en irse hasta el siete y ocho para golpear a bote. Golpe controlado y con altura para darse tiempo. Una virtud de un buen zaguero. Gane quien gane servirá para refrescar el torneo. Solo Altuna, mañaña, repite respecto a las semifinales del pasado año.