Aspe encuentra un filón en Zabala

«Estas oportunidades son oro para mostrar la mejor versión», decía Zabala al término del partido. Pues si son oro, Aspe puede haber encontrado un filón. Qué hubiera pasado si la promotora hubiera apostado por el riojano como primer suplente de Altuna. Nunca se sabrá, pero el logroñés podía haber jugador tres partidos más, los primeros.

Martija dio el primer tanto a sus adversarios para abrir el partido. Y el segundo y el tercero, pero ahí acabó la entrega. Lo cierto es que le costó mucho a la pareja azul entrar en el partido, porque la pelota de Baiko no llegaba al siete. Muchos pelotazos y poco espectáculo. Zabala abrió su electrónico con una carambola medida y se apoyó en tres errores consecutivos de sus oponentes para abrir la primera distancia, 2-6, que se completó con un pelotazo de Martija y el segundo tanto del logroñés.

Aun así, no estaban cómodos. Zabala desveló que le faltaron piernas. Martija no gozaba. Un poco más cuando sacaban su pelota del cestaño, pero poco. Empataron el partido Peña y Albisu, siempre rocosos pero propiciaron otra tacada en su contra que se abrió con dos errores del delantero tolosarra, dos fantásticos pelotazos de Martija y un sotamano de zurda marca Zabala. Calma de nuevo, incluso antes de irse al descanso, 8-12.

A pesar de la ventaja, la victoria era incierta. Reapareció Zabala con otro sotamano ganador y le respondió Peña, 9-13, antes de cometer un nuevo error y de que Zabala le colocase un gancho largo. Se estiraba de nuevo el marcador, 9-15, pero de la misma forma que se abría, se encogía. Zabala cometió sus primeros errores y la renta desapareció. 14-16 y 15-17. No era el mejor momento, pues a Albisu también se le escaparon dos pelotas. 16-18 y nuevo descanso.

Lo que quedaba iba a resultar efímero. Cuatro tantos más y a vestuarios. Peña se equivocó en una carambola y dio el saque a Zabala, que acaparó todas las miradas. Primero soltó un pelotazo al que no dio respuesta Albisu; después firmó un violento gancho que no alcanzó Peña y cerró el partido con una parada al rincón. Su décimo tanto, el vigesimosegundo de la pareja. «Hay que seguir para ver si tengo más oportunidades», dijo antes de irse a la ducha. Dura realidad.