Altuna pone a mil el Adarraga

Altuna puso a mil el Adarraga. No solo por su juego, siempre atractivo, en el acierto y en el error, sino porque su sola presencia disparó el número de butacas ocupadas. 1.013 espectadores, cuando en los dos primeros días no habían alcanzado los 700. El amezquetarra tiene gancho entre el aficionado. Para ek jueves apuesten por una gran entrada.

Las dos parejas lidiaron dos partidos muy diferenciados. El primero, hasta el 9-16, en el que Altuna y Martija no sufrieron en ningún momento para ir por delante en el marcador. El segundo duelo lo motivó la reacción de Urrutikoetxea, sobre todo, e Imaz, que vivieron un momento tan intenso que llevaron el electrónico hasta el 14-16 que permitió pensar en su triunfo, pero Altuna y Martija, que entonces comenzó a golpear con dureza, cortaron de raíz esas intenciones.

A Altuna y Martija les costó entrar en el partido. Dos errores y el primero de los tres saques ganadores del vizcaíno pusieron el 0-3 en el marcador. Sorpresa en la grada, decantada por el vasco y el navarro. Un pelotazo de este último abrió su marcador para que apareciera Altuna de inmediato. Dos pelotazos, pared y gancho. Cuatro puntos. Así, para recordar que estaba allí. Imaz, desbordado en más de un tanto, pegaba a la pelota y dominaba a su par, que la llevaba. Urrutikoetxea, sin involucrarse mucho, sumaba dos tantos más. Lo cierto es que ambas parejas estaban empatadas a siete sin que los de colorado hubieran logrado ninguno en juego.

Altuna buscaba a Urrutikoetxea, pero también a Imaz. El guipuzcoano debía elegir: correr en busca de una posible dejada o quedarse atrás. Altuna alternó. Tras atropellar con un gancho al vizcaíno, firmo su único saque. Un nuevo error de Urrutikoetxea al defenderse y un pelotazo de Martija al que respondió Imaz con otro dejaron ver al Altuna más revolucionario. El amezquetarra generó el caos. Atropelló de nuevo a Urrutikoetxea, obligó a Imaz y ganó el tanto de gancho. Un, dos, tres. Y repitió acto seguido, pero alterando el orden: gancho, volea baja para atraer a Imaz y pelotazo para desbordarlo. 8-13. La grada vivía ya en pie para alentar a su ídolo.

Ahora bien, Altuna arriesga. Firmó diez tantos pero entregó cinco. Dos puntos ganados, otro de Martija y un error de Imaz pusieron el marcador en 9-16. Parecía finiquitado el partido. Parecía. Una chapa, que hubiera sido tanto ganado, abrió la racha de los de rojo. 10-6. No alteró el gesto serio Urrutikotxea pero olvidó el amago amagar para centrarse en el remate. Primero, un pelotazo; después, un gancho; acto seguido, una dejada. Y además, Altuna mandaba la pelota a la contracancha en una apertura a bote. 14-15. Nadie se quería sentar. Lo que deseaba la cátedra era pelea. Altuna y Martija pasaban por su peor momento, pero si alguien es capaz de manejar y cambiar los tiempos ese es Altuna. 'Si me buscas, me encontrarás', pareció decirle a Urrutikoetxea. El mensaje estaba envuelto en una carambola ganadora. Martija entendió que debía dar un paso adelante. Ya no acompañaba, golpeaba. Dos pelotazos como respuesta a un gancho y una nueva dejada de Urrutikoetxea. 15-19. Difícil, pero no imposible. Sin embargo, siempre pasa algo. El pelotazo a los medios de Altuna no tenía nada, pero sus rivales no se entendieron y ninguno fue al encuentro de la esférica. Cuando cae el cartón 20 cae con él una enorme losa. Altuna volvió a superar a Imaz con otro pelotazo, antes de que de éste se desquitará con un rebote. Ni lo celebró. Impotencia antes de que Urrutikoetxea mandase la pelota al ancho para decir adiós a San Mateo.