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Había expectación porque el Javier Adarraga abría sus puertas a la feria de San Mateo. La nueva feria, la nueva normalidad, aunque con la esperanza ... de recuperar viejas costumbres. Y la primera de feria no defraudo. Gran ambiente en la grada y espectáculo en la cancha en el partido reclamo, en el duelo entre Jokin Altuna y Unai Laso. Ganó el primero por 22-17, como hace un mes en San Sebastián, aunque aquel era a toda cancha y el de este martes, en el Cuatro y medio. Ambos brillaron y ambos han puesto, desde el primer día, el listón de la feria muy alto, en especial el campeón manomanista.
Jokin Altuna armó su brazo y cerró el puño derecho para celebrar su undécimo tanto y colocar el marcador en 11-14. Venía de un 1-6. No se sentía cómodo en el frontón e incluso se veía muy alejado de la victoria. Miró a las grada con rabia. Aparecía el pelotari de las grandes ocasiones.
Altuna
22
-
17
Laso
Duración: 50 minutos
Pelotazos: 208
Saques: Altuna, 4; Laso, 3
Ganados: Altuna, 14; Laso, 11
Perdidos: Altuna, 2; Laso, 4
Marcador: 1-0, 1-6, 3-6, 3-10, 5-10, 5-12, 7-12, 7-14, 16-14, 16-17 y 22-17.
Incidencias: Primera tarde de la feria de San Mateo. Gran ambiente en el Javier Adarraga con el aforo permitido, 650 butacas, prácticamente lleno.
Altuna abrió el marcador con tanto de saque, pero su ventaja se esfumó con tal rapidez que quedó paralizado. Una volea puso en marcha a Laso, que con el saque en su poder se marchó hasta el sexto tanto merced a dos aciertos con la jugada inicial, una chapa de su adversario y otros dos tantos ganados. Ambos hicieron gala en repetidas ocasiones del tanto a tres golpes, es decir saque, resto y remate ganador. Es un arma letal en la pelea individual, pero requiere un buen saque y una mejor definición.
Un exceso de confianza de Laso el ver su dejada al rincón ganadora permitió a Altuna mantenerse en el partido, aunque la puerta pareció cerrarse cuando Laso retomó el protagonismo para colocar el electrónico en 3-10. El navarro estaba siendo mejor por méritos propios. Sacaba bien y remata mejor. Al rincón, al ancho y de carambola. El partido entraba en un intercambio de tantos, aunque Laso sumaba más: 5-12 y 7-14. Más porque cada vez estaba más cerca del triunfo.
Una parada de Altuna detonó el equilibrio. El 8-14 se antojaba difícil de remontar, pero el de Amézqueta es ganador nato, se revuelve contra un marcador adverso. Así, llegó al undécimo cartón. Otro gancho. La rabia le salió de dentro. Sentía que podía ganar. Y así fue, porque del 7-14 pasó al 22-17, con un enorme parcial de 15-3. Dicho todo.
Altuna volvía a ser feliz. Laso levantaba la mirada al techo del Adarraga. La afición rugía. La cancha aplaudía; la grada alta, lateral y rebote, enloquecía. La reacción que rompió a su rival se tomó un respiro tras ganar de saque el 16-14. A Laso tampoco le gusta perder. Y menos contra Altuna. Aspira a su trono y cuenta con el beneplácito de una empresa que en menos de dos meses perderá a su gran aval, Aimar Olaizola. Es el relevo.
Relevo en la empresa, que no en el ranking. Al menos, Altuna no quiere que nadie le mueva la silla. Vio como su rival empataba el partido a (16-16) e incluso se ponía por delante, 16-17, tras un pasa al ancho. Gestión de las emociones. Laso se pasó de la distancia y generó un escenario que no esperaba, el de la derrota.
Altuna recuperó armas anteriores. Una de sus grandes virtudes es modificar a su antojo y conveniencia la velocidad del partido. Sus dejadas al rincón y sus ganchos son inalcanzables. La pelota le llega violenta, pero de su mano sale acunada. Lo justo para sortear la chapa y que el bote le haga morir. No hay respuesta posible. Bellísimo.
Así, el de Amézqueta enfiló la recta final hacia el triunfo. Grada en pie. Para ambos. Los dos querían ganar. Nada que reprochar al perdedor, que lamentó la oportunidad perdida. Una dejada al rincón, un saque ganador , una apertura al ancho y la segunda pasa de Laso pusieron fin a la pelea. Tras esa apertura, más efectiva que ortodoxa en su ejecución, Altuna miró hacia Titín III, hacía su figura, tensó antebrazos y cerró puños. «Aquí estoy», pareció decir. De un pelotari enorme a un enorme delantero. Vaya comienzo de feria.
Jokin Altuna y Unai Laso fueron los grandes protagonistas de la primera tarde de San Mateo, pero no los únicos, ya que el festival acogía dos partidos más, en los que había presencia riojana.
En el que abrió la feria, Zabala y Untoria se impusieron a Salaberria y Uriondo por 6-18. El partido presentó un inicio equilibrado en el que se adelantaron los perdedores, pero los dos riojanos pusieron fin a esa situación y, después de adelantarse en el electrónico 1-3, primero, y 2-3, después, se escaparon hasta el 3-14 merced al buen hacer de Untoria en la zaga, con un golpe fresco, en especial con la izquierda, y de Zabala cerca del frontón. El logroñés buscó siempre el golpe violento, sobre todo con su izquierda, para sacar de sitio a Salaberria. Al final, el 6-18 reflejó las diferencias sobre la cancha. En el que cerraba la tarde, Urrutikoetxea y Salaverri vencieron por 22-21 a Peio Etxeberria y Tolosa tras un duro partido.
Este miércoles no hay pelota. Descanso en el segundo día. La actividad vuelve al Adarraga mañana jueves y, además, con la primera de las dos semifinales del torneo de San Mateo. El riojano Víctor Esteban y Zabaleta pugnarán por un puesto en la final del domingo con Ezkurdia y Rezusta. Partido atractivo y duro. Este festival tendrá también sobre la cancha al ezcarayense Darío Gómez, que buscará su decimonoveno triunfo consecutivo.
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