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Darío Gómez, con los tacos puestos, en el frontón Adarraga antes de un entrenamiento esta semana. ::
«En el tercer partido, con todo perdido, vi que podía jugar al Cuatro y Medio»

«En el tercer partido, con todo perdido, vi que podía jugar al Cuatro y Medio»

El ezcarayense continúa con su progresión y se enfrenta al primer gran reto como profesional: «Espero que los nervios no me pasen factura»

Víctor Soto

Viernes, 18 de noviembre 2016, 10:36

La gente de la pelota, ese círculo casi cerrado y lleno de arcanos, tiene una gran confianza en Darío Gómez (Ezcaray, 1996). Desde que debutó, no le ha acompañado la suerte, sus resultados no han sido brillantes y sus manos le han hecho estar demasiado ... tiempo alejado de las canchas. A pesar de todo, sigue suscitando comentarios unánimes. No es, y difícilmente será, un rematador puro, pero palía ese defecto con una fuerza descomunal y buen sentido del juego. El domingo, ante Jaka, tendrá la primera oportunidad de brillar y que su nombre comience a resonar a fuerza de chapela.

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