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Víctor Soto
Viernes, 13 de mayo 2016, 11:01
Tiene 19 años y todavía se sorprende de la cantidad de llamadas, mensajes de ánimo y entrevistas que tiene que conceder. En unos pocos meses, Iker Irribarria ha pasado de ser una promesa aficionada a la esperanza del futuro de la pelota guipuzcoana. Aspe le mima porque conoce su potencial, pero él prefiere ir despacio.
La semana pasada, en cuartos, eliminó a Olaizola II tras un partido para recordar. Era la guinda de un pastel que se venía cocinando con sus actuaciones frente a Arretxe II y Jaunarena. Irribarria, de momento, lo vive «como un sueño», pero quiere que éste no acabe el próximo domingo en Eibar ante Bengoetxea VI. Hoy coinciden ambos en la elección de material.
- ¿Cómo se encuentra tras derrotar a Olaizola II?
- Estoy muy bien, tanto física como mentalmente. Pero todavía sigo sin creérmelo. Antes del partido, aunque vas con todas las ganas, no me lo esperaba ni yo. Para mí, ganar a un genio como Aimar es un sueño hecho realidad.
- ¿Qué le dijo Olaizola después del partido, en los vestuarios?
- Habitualmente, nunca hablamos de pelota después de jugar. Realmente, no me dijo nada especial.
- ¿Ya ha llegado a la meta y se conforma o todavía queda mucho camino?
- Estoy en el campeonato y quiero seguir. Ahora, aunque mi entorno y yo estamos en una nube, el siguiente paso es el partido de semifinal. Ése es mi único objetivo.
- Después de Olaizola, en Eibar jugará ante Oinatz Bengoetxea. ¿Cómo ve a su rival?
- Es muy duro. Ya demostró su chispa con Artola. Tiene golpe y es un artista acabando los tantos. Pero yo tengo que seguir así, golpeando con fuerza, porque desde el cuadro siete nadie es capaz de hacer maravillas.
- ¿Cómo ha llegado a tener esa fuerza? ¿Se nace con ella o se desarrolla?
- He entrando mucho, pero es cierto que dicen que tengo algo especial en el golpe. Yo no lo sé. Lo que tengo claro es que hay días en los que todo sale bien y que también llegarán días en la que vendrán dadas y habrá que superar esos malos momentos.
- ¿Está yendo todo demasiado rápido para usted?
- No lo sé. Me siento un privilegiado, porque con 19 años no me lo esperaba. Sólo hace un año que debuté y creo que tengo todavía mucho que aprender.
- ¿Se ha convertido, después de ganar a Olaizola con esa solvencia, en el abanderado del cambio generacional?
- Ganar una vez a Olaizola no significa que se produzca un cambio generacional. Creo que Olaizola e Irujo siguen estado un peldaño por encima del resto. Pero, por una cuestión de edad, el cambio generacional tiene que venir y estoy contento de que cada vez lleguemos más pelotaris jóvenes.
- ¿Cómo ve la semifinal?
- Como una oportunidad que no muchas veces llega. Tengo que hacer lo que sé, sin equivocarme, porque Oinatz siempre te lleva a su terreno. Será un partido muy duro y difícil pero también para disfrutar.
- Usted tiene una fuerte vinculación con La Rioja. Su abuelo, Napoleón Irribarria, emigró de Alberite a Ordicia. ¿Qué significa Alberite para usted?
- Un lugar donde tengo muchos amigos, buenos amigos. Solemos ir con la familia y siempre nos tratan muy bien, nos llevan a la bodega... Cuando vamos a Alberite siempre es muy bonito.
- Su abuelo estaría muy contento con sus logros...
- No lo conocí y me queda esa pena porque sé que la pelota le gustaba muchísimo y estaría muy contento.
- Pero historias del antiguo frontón de Alberite, de Las Golondrinas, le habrán contado muchas...
- [Ríe] Unas cuántas me sé, pero habrá muchas más. Yo creo que se podría escribir un libro con lo que pasaba allí.
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