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ELOY MADORRÁN
Miércoles, 30 de septiembre 2015, 10:05
«Me fui a casa a tumbarme, estaba muerto». Así celebró David Merino, Merino II, su triunfo en la feria de pelota de San Mateo y su elección como mejor pelotari del torneo. La exigencia física de la competición ha sido grande. Merino II, ya descansado, atendió a Diario LA RIOJA.
Menuda paliza se dieron en la final. ¿Ha podido recuperar algo?
Estoy cansado por la paliza de estos días. Sobre todo viernes y domingo, dos partidos de 21-21, más de 800 pelotazos... Estoy súper feliz por haber ganado con Jokin, desde el principio de la feria teníamos el objetivo de llegar a la final. Y una vez allí, pues el objetivo es claro: ganar. Ha salido bien y feliz por el espectáculo y porque la gente ha salido muy contenta todos los días. Tanto el viernes como el domingo los cuatro pelotaris lo dimos todo y eso es lo principal.
La final fue no apta para cardíacos. ¿Cómo se vivió desde dentro?
Empezamos muy bien, con una pelota que nos iba mucho, pero tuvimos la mala suerte de que se rompió. Cogimos una ventaja pero sabíamos que con Aimar enfrente no hay que relajarse. En un momento parece que Aimar arrancó la máquina de jugar y que se iba a acabar el partido.
Y ...
... Y nosotros supimos aguantar hasta el 21 iguales. Antes entré al vestuario porque tenía las piernas cargadas y no quería que se me subiera la bola en el último tanto. A partir de ahí, a meterlas a buena. Solo pensaba en no fallar y en anular a Aimar para que no pudiera entrar. Lo que hizo Jokin en el último tanto fue espectacular. Yo pensaba «entrará no entrará» y por un dedo fue buena. Muy contento, la verdad.
Es su tercera victoria en la Feria de San Mateo. A pesar de su juventud (25 años) está logrando completar un palmarés envidiable.
El primer año fue muy especial porque fue con Titín. Además el año que nos quedamos campeones del Parejas. El segundo, al año siguiente, fue con Bengoetxea VI después de no haber tenido un buen verano. Y luego éste último. Es muy especial porque es la feria más importante del verano junto a San Fermín, y para un riojano la que más, obviamente.
Hábleme del ambiente del frontón. ¿Tan especial es para los pelotaris riojanos?
La feria se juega en el frontón que entrenamos todos los días, las gradas están siempre llenas, todo el rato la gente animando... es muy especial. Y ganarlo ya por tercera vez me hace mucha ilusión. Todos los pelotaris riojanos intentamos estar en un buen momento cuando llega San Mateo, tenemos la fecha marcada en el calendario. El año pasado no llegué bien de manos y éste sí y ha terminado con final feliz. Muy contento.
Lo que está claro es que la pelota riojana, en lo deportivo y en el tirón que tiene entre los aficionados, goza de buena salud. ¿Hay vida después de Titín?
Titín ha sido único y lo que ha hecho por la pelota en La Rioja ahí está, nadie le va a discutir nada. Ha sido muy grande. Los demás intentamos trabajar, seguimos con Joaquín intentando hacerlo lo mejor posible. Y creo que están saliendo las cosas. Este año Untoria se ha quedado campeón del Parejas, Víctor a ganado el Manomanista de Promoción. Allá donde ponen un festival siempre aparece un riojano.
Tres partidos en San Mateo, tres historias muy distintas. Si le parece vamos a repasarlos uno a uno. ¿Cómo vivió el primer encuentro, el del estreno?
Lo veíamos complicado porque Víctor y Albisu le dan mucha velocidad al juego y llegaban en un gran momento de forma. Cuando empezó se demostró. Comenzaron con ritmo y Jokin y yo comentamos que teníamos que aguantar y esperar a nuestra oportunidad. Luego no estuvieron tan acertados como en otras ocasiones y acabamos ganando. Alternaron aciertos con errores.
Contra su hermano Miguel
Y después llegó el partido contra Irujo y Barriola, pero al final el zaguero navarro no pudo jugar y la empresa confió en su hermano. ¿Eso se tiene que vivir de una manera muy especial, contra tu hermano, en el Adarraga y con la final de San Mateo como premio para el ganador?
Fue más especial por el hecho de jugar contra mi hermano, con el frontón lleno a reventar. Mi hermano e Irujo hicieron un gran partido, Miguel no fallaba ni una pelota y Juan (Mtnez. De Irujo) le ayudó mucho y remató bastante. Nosotros hicimos un partido similar a la final: aguantar hasta tener nuestra oportunidad. Fue especial porque jugué con mi hermano.
¿Luego volvieron juntos al pueblo?
No, él jugaba el día siguiente el Desafío del vino y se fue a Villar de Torre a descansar (risas). Yo me quedé a cenar y a dar una pequeña vuelta con los amigos.
Y la final fue épica, tuvo de todo. Emoción, grandes tantos, pelotas rotas, tantos de vuelta... y la obra de arte de Jokin Altuna.
Ya he comentado que fue muy dura. Pero al final las cosas así te saben el doble de buenas.
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