Un cartel roto en busca del milagro

El Campeonato de Parejas llega, seis jornadas después, a Logroño. Y habrá que esperar la respuesta del público después de comprobar que al festival se le han roto dos de sus patas. La situación es tal que hasta la televisión, que prometía acudir al Adarraga, ha preferido apostar por la seguridad del Labrit pamplonés. Así que, para ver el espectáculo, habrá que pasar por taquilla.

Y los espectadores que acudan esta tarde al recinto logroñés (17.30 horas) deberán conjurar el 'milagro' de hace dos semanas para superar el desequilibrio aparente sobre el papel. Miguel Merino, en un soberbio estado de forma, sustituye a su hermano David, cuyas manos suman el tercer paso de un viacrucis que confía en acabar pronto. En la delantera, Altuna, cada vez más asentado, deberá suplir a Xala, que sólo ha jugado medio partido en el presente torneo. Primero, una lumbalgia; después, un dedo roto; y, por último, la enfermedad de su padre, han dinamitado el concurso del zurdo de Lekuine.

Los dos suplentes lograron una sonada campanada ante Irujo y Barriola. Esta tarde, en el Adarraga buscarán un nuevo hito ante la pareja formada por Olaizola II y Beroiz, que comenzaron muy mal el campeonato, con cuatro derrotas consecutivas, pero que en el pasado fin de semana demostraron todo su poderío doblegando a Bengoetxea y Aretxabaleta. Ambas duplas ocupan las últimas plazas de la clasificación. El que se lleve el punto condenará a su rival a la remontada total.

El reto, a priori, es algo más que complicado para Altuna y Merino I. Aunque el delantero guipuzcoano cada vez está más firme (ya son seis encuentros los que ha disputado en este Parejas), se estrena esta tarde ante Olaizola II, cada vez más recuperado de sus problemas cervicales. Y el de Goizueta suele hacer pagar caro las novatadas. Cuando huele sangre, no suelta su presa. Enredarse puede resultar un error de difícil enmienda.

Mientras, atrás, Mikel Beroiz conoce muy bien el Adarraga, frontón en el que ha ganado varios títulos de la Feria de San Mateo, en el 2011, además, acompañado por Aimar Olaizola. En la última jornada, el zaguero navarro no regaló casi ninguna pelota y Miguel Merino, que tampoco es un castigador, deberá complicarle la vida para no verse atrapado una y otra vez en la pared izquierda. «Es un zaguero muy rocoso y al que siempre resulta complicado jugar», se sinceraba el de Villar de Torre en la elección de material.

A la espera de la afición

Con casi todas las circunstancias en su contra, Jokin Altuna y Miguel Merino confían en la afición para que les ayude a pasar los malos momentos del partido, que seguro que los habrá. «Seguro que la gente de Logroño estará con nosotros, así que nosotros intentaremos estar acertados», indicaba el zaguero riojalteño.

Las bajas seguro que harán daño a la taquilla y Asegarce deberá evaluar qué sedes elige en las futuras jornadas. De momento, la promotora ya ha hecho su apuesta. Falta saber si Aspe se atreverá a que el Parejas no termine esta tarde para los riojanos.