«No todos los padres hubieran dejado a una niña de 14 años irse de Logroño»

Carlota Castrejana (Logroño, 25 de abril de 1973) es la única deportista española (hombre o mujer) que ha sido olímpica en dos modalidades diferentes. Castrejana disputó los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 como jugadora de baloncesto, y posteriormente participó en Sídney (2000), Atenas (2004) y Pekín (2008) en atletismo, en la modalidad de triple salto, disciplina en la que también fue campeona de Europa en Pista Cubierta en el año 2007 y plusmarquista nacional desde el año 2000 hasta el 2019.

«Yo creo que he sido parte clara del proceso de evolución de la mujer en el deporte desde el principio», resume Castrejana mientras pasea por la pista de atletismo del Adarraga. La riojana repasa su despertar al deporte, concretamente al baloncesto, gracias a la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona, en casa:«Había inversión, había interés, había un objetivo y se había puesto a disposición de ese equipo y de esas niñas todos los recursos que existían en ese momento. Al final esa es la clave, no hay otra».

Afincada desde hace unos meses en Atlanta (EE UU), Castrejana no pierde de vista la actualidad deportiva de España, y también la riojana, a la que se siente muy ligada emocionalmente. «Con la evolución que ha habido en el deporte riojano, igual ahora no me tendría que haber ido con 14 años, me podría haber ido más tarde. Así que sí que he visto la evolución y la seguiré viendo siempre. Soy muy riojana. Es la región que mejor me ha tratado siempre, en los buenos y en los malos momentos», reflexiona.

Buena conversadora, su meditado discurso se torna en verbo fluido y emocionado cuando recuerda sus inicios y, sobre todo, la decisión que lo cambió todo: dejar Logroño a los 14 años para vivir del deporte. «Mi verdadera discriminación positiva fue la valentía de mis padres, que comprendieron cuál era mi sueño y lo apoyaron. No todos los padres hubieran permitido marchar a una niña, con 14 años, para jugar a baloncesto. Si hubiera sido niño y para intentar triunfar en el fútbol, hubiera sido más normal. Y también fue gracias a la generosidad de mi entrenador, Pablo Magaña, que me animó a marcharme fuera para triunfar».

Carlota vive ahora con su familia en Atlanta y trabaja para el Women's Sports Institute. Antes llegó su licenciatura en Derecho y, posteriormente, un máster en Derecho Deportivo con el que consiguió seguir ligada al deporte una vez colgadas las botas. «Como directora general de Deportes en la Comunidad de Madrid, como asesora del secretario de Estado, o ahora en el Women's Sports Institute, soy consciente de que las oportunidades que yo he ido cogiendo –o que he buscado, o que he agarrado con fuerza– y trabajo para que haya cada vez más oportunidades».

Poseedora de una hoja de servicios a la altura de muy pocos elegidos, Carlota Castrejana ha sido parte activa de la revolución femenina en el deporte y así lo siente: «Por supuesto, yo me siento muy parte de esa revolución del deporte femenino, dentro y fuera de las pistas. Estoy muy orgullosa de haber formado parte, pero también soy la mejor fan. Soy una admiradora del deporte femenino».

Una afortunada

¿Se siente valorada y reconocida después de una trayectoria deportiva impecable? «Igual soy un poco ingenua, pero siempre me he sentido valorada. Muchísimo en La Rioja, en La Rioja es espectacular. Tengo mucha suerte de haber nacido aquí y haber sido valorada como deportista. Y a nivel internacional yo creo que también», contesta con orgullo.

Repasando su trayectoria deportiva, Carlota Castrejana pone el énfasis en el cambio –físico y mental– que supuso dejar el baloncesto y probar suerte con un deporte individual, el atletismo, primero en salto de longitud, de altura y, sobre todo, en triple salto. «Yo siempre digo que al principio era una jugadora de baloncesto que hacía atletismo y, poco a poco, me convertí en una atleta que había sido jugadora de baloncesto», confiesa. «Así se entiende la transición mental –continúa– de jugar en un equipo a la soledad del atletismo. Hay un punto de soledad en la decisión del cambio, en el entrenamiento, en el entenderte a ti misma, a tu cuerpo para sacarle el mayor rendimiento, en hacerte más dura... que es cuestión de tiempo».

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