El Náxara aguanta el tipo

No hay victoria sin sufrimiento. Esta es la tónica general que está llevando el Náxara en la recta final de la fase regular de liga. El equipo de Nájera se esforzó al máximo para superar al Tudelano en el tiempo añadido, sacó pecho ante el Utebo para ganar en el noventa y ayer aguantó hasta el final los embistes de un Gernika que buscó, sin éxito, el tanto del empate. El esfuerzo mereció la pena ya que La Salera pudo celebrar su tercera victoria consecutiva en casa con la que mantener vivas las esperanzas de hacer posible el milagro de la salvación. De momento, los blanquiazules siguen siendo penúltimos pero se quedan a nueve puntos del equipo que jugaría el 'play out', el Arenas de Getxo.

Josean García trajo pocas novedades en su hoja de ruta, salvo la titularidad de Orodea. El capitán, que estuvo gran parte del curso lesionado, pudo hacer gala de su experiencia y de su buen ojo a la hora de colgar balones. No fue la única novedad del día ya que el Náxara anotó su gol más tempranero del curso. Llegó en el minuto 8, con el remate de Miguel Pérez en el corazón del área.

Los blanquiazules habían salido a ganar. No había otra opción válida. El balón danzaba sobre el resbaladizo tapete al son de sus movimientos, presionando cuando había que hacerlo y siendo valientes cuando demandaba la situación. Sin excusas. Muestra de ello fue la jugada del primer gol. Sotelo, que había ganado la posesión en banda, cayó al suelo quejándose de un golpe en la cabeza. El colegiado desoyó las quejas del delantero dejando continuar la jugada que terminó materializando Miguel Pérez poco después.

El primer cambio de los blanquiazules también llegó con celeridad tras la lesión de Córdoba. El lateral tuvo que ceder su puesto a Loza a los 28 minutos de partido por molestias en su pierna derecha. Este cambió apenas se hizo notar ya que el Náxara seguía muy metido en el partido buscando sin pausa el segundo tanto. Y llegó en el minuto 40, de nuevo, por mediación del extremo catalán y con asistencia de Orodea.

Sotelo también quería subir algún gol con su impronta al marcador, pero los hábiles reflejos de Altamira impidieron que se impusiera en el cara a cara en el final del primer tramo. El delantero volvió a probar suerte al inicio del segundo tiempo pero su falta de decisión al disparar hizo que el balón terminase estrellándose en uno de los costados de la red.

El Gernika empezó a apretar a partir del minuto 50. Los vascos adelantaron filas y tantearon la puerta de Pradas desde muchos sitios. Incluso desde la lejanía. Así fue como Antón pegó un potente trallazo que buscaba las mallas pero que terminó interceptando uno de los espectadores del fondo blanquiazul. El hombre, de mediana edad, terminó en el suelo por el golpe y tuvo que ser atendido por los servicios de emergencia que allí se encontraban.

Este susto lastró el rendimiento de un Náxara que pecó de miedo y de nerviosismo. Algo, que fue aprovechado por el Gernika para reducir distancias en el 72 con el lanzamiento de Gallastegui ajustado al palo. Los visitantes pudieron empatar pero Pradas despejó magistralmente en el descuento haciendo posible la tercera victoria consecutiva en La Salera.

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