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david sánchez de castro
Madrid
Miércoles, 15 de enero 2020, 10:54
La etapa maratón del Dakar 2020 pasará a los anales de la historia del raid por dos escenas. La primera llegó en primer kilómetro de la especial cronometrada y tuvo a Fernando Alonso como protagonista. Consciente de que este miércoles era un día para coronarse, ... se puso como objetivo volar sobre la arena hacia la que sería su primera victoria de etapa. El problema es que se tomó de manera literal lo de volar, y vaya si lo hizo: salió por los aires despedido varios metros hasta aterrizar en la ladera y dar varias vueltas de campana. Desde el Dakar inmortalizaron el momento con cámara lenta incluida, en la que ya es una de las escenas que van a quedar clavadas en la memoria de los fans dakarianos.
Alonso cayó de pie, también de manera literal, tras el accidente. El Toyota quedó seriamente tocado: dos ruedas desllantadas, un brazo de la suspensión roto y el parabrisas hecho añicos. Aún con el susto en el cuerpo, Alonso y Marc Coma salieron del coche y se pusieron manos a la obra para arreglarlo, ante la mirada atónita de los espectadores que se habían acercado a la zona para ver a sus ídolos pasar. En apenas una hora, el asturiano ya estaba otra vez en marcha, aunque con unas vistosas gafas de motocross para poder seguir viendo.
Fue el primer capítulo de una etapa 10 del Dakar que coronó, y van cuatro en esta edición, a Carlos Sainz. El madrileño salió del campamento con la mirada encendida tras lo ocurrido el día anterior. Ver en la clasificación a Nasser Al-Attiyah a sólo 24 segundos de él fue la mejor motivación para salir a morder en la difícil jornada maratón. No podía ceder más, habida cuenta de que quedan dos días de competición: un estacazo en el día más duro del Dakar, y sería definitivo.
A falta de unos 750 kilómetros de competición, Sainz ha logrado mandar a Al-Attiyah a más de 18 minutos. El catarí erró en la navegación en uno de los peores días posibles, algo que también le ocurrió a Stepháne Peterhansel pero en menor medida. De hecho, al francés le pesó más abrir pista que no lleva el Mini por donde debía, si bien sus opciones de victoria eran inferiores en esta jornada. Al paso por la mitad de la jornada, Sainz ya tenía un colchón de más de quince minutos, que se convirtieron en 17 en el kilómetro 345 de los 534 sobre los que estaba prevista la jornada.
El día acabó bastante antes. Tras la neutralización para repostar, la organización detectó que era muy difícil continuar con seguridad. Las fuertes rachas de viento no sólo levantaron unas grandes nubes de arena, sino que además impedían volar con seguridad a los helicópteros de salvamento. El protocolo es claro, y esto vale para el Dakar o para cualquier competición de motor: si el helicóptero no puede despegar, se cancela la etapa. Y es lo que hicieron: cuando aún restaban casi 200 kilómetros de día y varias motos ya afrontaban la recta final, decidieron dar por finalizada la etapa al paso del cuarto punto de control. Sainz se hizo con la victoria antes de lo esperado, Al-Attiyah veía cortada su progresión y Fernando Alonso llegaba una hora y 17 minutos después, lo que visto la virulencia del golpe supone una pérdida nimia.
Llegar el 56º de los coches ha sido la menor de las consecuencias para el expiloto de F1. 32 SxS y 25 camiones han completado la etapa más rápido que él, y dado que en la etapa maratón no se puede pedir el comodín de recolocación (que le serviría para situarse en una zona más cercana arriba), tendrá que salir el 113º. No es el único perjudicado por este factor: Peterhansel saldrá 15º pese a acabar 10º y Al-Attiyah, 25º. Más distancia con Sainz aún.
Ha tardado diez etapas en lograrlo, pero por fin llegó la primera etapa para Joan Barreda. El valenciano se impuso a su compañero Ricky Brabec por poco más de un minuto, en una etapa en la que la suspensión final le benefició. El estadounidense no iba a arriesgar más de lo debido en cualquier caso, pero ni siquiera tuvo la oportunidad de hacerlo. A falta de dos días, el piloto de Honda tiene una ventaja superior a los 25 minutos con Pablo Quintanilla y más de 27 sobre el propio Barreda. Con gestionar el margen, le vale.
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