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Borja gonzález
Portimao
Sábado, 17 de abril 2021, 16:46
El entrenamiento oficial de MotoGP del Gran Premio de Portugal dejó muchos detalles en muy poco tiempo, en treinta minutos de alta intensidad repartidos en dos sesiones, la Q1 que da el pase a dos pilotos, y la Q2 en la que se conforman ... las cuatro primeras líneas de la parrilla de salida. Al piloto que mejor tiempo marcó, Pecco Bagnaia, que en su último giro había destrozado el récord de la 'pole', le anularon esa vuelta por no haber bajado su ritmo mientras ondeaba una bandera amarilla en la pista, lo que hizo que terminase relegado al undécimo puesto de la parrilla. El segundo detalle fue más exagerado aún: al segundo más rápido, Maverick Viñales, le cancelaron hasta tres vueltas, una también por esa misma bandera que le habría metido en la primera línea, y otra, la última, que le habría dado la 'pole' una vez que el giro de Bagnaia había sido invalidado. El de Yamaha técnicamente invadió la zona externa a la pista, lo que activó uno de los nuevos sensores que se han incorporado este año, aunque en las imágenes de televisión no se apreciase tal error. El resultado es que Viñales saldrá este domingo duodécimo.
«La verdad es que yo sé que he hecho bien mi trabajo y tengo clarísimo que no he tocado el verde, y que si lo he tocado no es ni con un cuarto de neumático, todo el resto está dentro del circuito. No sé, es complicado, porque al final es decisión de un sistema y de una persona, así que no puedes hacer absolutamente nada», asumía Viñales, tercero de la general. La bandera amarilla que le afectó tanto a él como a Bagnaia había venido por una caída del que llegaba como favorito a Portimao, el portugués Miguel Oliveira, ganador y autor de la 'pole' en 2020, y al que le tocará salir décimo y tocado físicamente.
Porque fue un día con varias caídas contundentes. Esa de Oliveira, otra de Luca Marini en el cuarto libre con la que destrozó su Ducati, la de Pol Espargaró en la misma sesión, que le dejó muy magullado y, sobre todo, la de Jorge Martín en el tercer libre, un incidente que terminó con el madrileño evacuado en helicóptero a un hospital de Faro donde debía permanecer veinticuatro horas en observación para vigilar un traumatismo craneal, estancia tras la que tendrá que pasar por el quirófano para operarse de fracturas en la mano y pie derechos.
Volviendo a los detalles, la 'pole' terminó cayendo en las manos de Fabio Quartararo, segundo del Mundial, y muy contundente en el ritmo de carrera según se pudo ver en el cuarto libre, en el que las Yamaha, la suya, la de Viñales y la de Franco Morbidelli, mostraron un gran paso de cara a una carrera para la que compartirán favoritismo con las Ducati y con las Suzuki, con Álex Rins segundo en la parrilla de salida (y el líder del campeonato, Johann Zarco, tercero).
El compañero de Rins, el campeón Joan Mir, partirá noveno, después de pasar por la Q1, donde tuvo un encontronazo con Marc Márquez, de nuevo uno de los protagonistas de la jornada. Porque Márquez buscó a Mir y le usó para lograr un giro que le permitió meterse en la importantísima Q2. «Ya sabemos que a Marc le gusta hacer esto. Hoy lo ha hecho conmigo y siempre lo hace con alguien, lo de ponerse detrás en las calificaciones y jugar a este juego. Por esto en Moto3 penalizan y a él, pues no. Yo voy a la mía y no me he puesto nervioso para nada». Una acción que pareció mitad necesidad, mitad juego psicológico para empezar a marcar territorio.
«Sí, especialmente a Mir porque es el campeón, está pilotando bien y aunque el resultado no salga, está pilotando bien y lo he buscado, evidentemente, necesitaba ayuda pues llevo nueve meses sin ir en moto», contestaba el del Repsol Honda a la pregunta de si había ido buscando ruedas. Un Márquez que mostró síntomas de fatiga física pero que se sacó un sexto puesto en la parrilla de un valor altísimo.
«Lo importante es que en la fractura no tengo dolor, es más en la zona de los dedos, el antebrazo, el codo, que es normal, pues hace mucho tiempo que no hago estos movimientos y por eso estoy sufriendo un poquito más. Hoy me he levantado peor y me han dicho que mañana me tengo que levantar aún peor pero, bueno, eso sería lo natural. Y el resultado ha sido mucho mejor de lo esperado. No es lo que tocaba ahora, pero ha venido así y también, honestamente, llevo todo el fin de semana rodando solo y tocaba hacer algo diferente», analizaba satisfecho Márquez, que se acostará con la duda de saber si su cuerpo está para aguantar las 25 vueltas de la exigente montaña rusa del Algarve, un detalle que aumentará aún más el interés sobre una carrera que, por su regreso, va a ser especial.
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