La dura vuelta al trabajo de Marc Márquez

Esta vez la cirugía le tocó al derecho, sobre el papel menos dañado y con algún día más de margen al decidir éste adelantar al máximo la intervención, calificada de exitosa por los médicos. Setenta y dos días después, y con sólo una miniprueba con moto en España, volvía a subirse a su Honda tras diez semanas de trabajo de recuperación en las que se ha sometido a 92 sesiones y 250 horas de fisioterapia, un proceso que le ha vuelto a dejar sin vacaciones y que aún no se ha acabado, como reconoció al transmitir sus sensaciones después del primer día de pruebas en Malasia.

«Honestamente, me lo imaginaba mejor», analizaba tras finalizar duodécimo a siete décimas del más rápido, Fabio Quartararo, que este año tendrá el mismo estatus técnico en Yamaha que los oficiales Maverick Viñales y Valentino Rossi (su 2019 le ha valido el contrato para competir para la fábrica en 2021 y 2022). «He salido en la primera tanda y ya me ha costado bastante, pero aún estaba fresco, tenía energía, y más o menos he podido hacer unas vueltas buenas. Pero enseguida, cuando he parado en el box, he visto que esa energía bajaba…», explicaba Márquez, a la vez que reconocía encontrarse incómodo sobre su moto en más puntos de lo esperado.

«Me esperaba molestias en la frenada, pero en el resto ir más o menos bien, aunque uno de los puntos en los que más me costaba era en la recta. No podía acoplar bien el codo. También en curvas de derecha iba incómodo, la posición del cuerpo no era la mía, me costaba tocar con el codo, una de las cosas vitales en mi estilo de pilotaje», reconoció. De hecho, Márquez deberá alargar su recuperación cuando finalice este test. Su fisioterapeuta de confianza, Carlos García, que ya tuvo que mudarse desde Madrid a Cervera en el invierno 2018-2019, y que ha hecho lo mismo en estas últimas semanas, tendrá que permanecer más tiempo en la localidad natal del ilerdense para apurar las semanas que quedan hasta el arranque del campeonato en Catar.

Con ese objetivo trabaja Márquez, en lo personal, y Honda en lo técnico, lo mismo que el resto de pilotos y marcas de la parrilla, lo que le da un valor especial a estas jornadas de pruebas, en las que tienen que confirmar el trabajo invernal hecho en las fábricas, dando validez o no a las novedades técnicas puestas desde este viernes en pista, para llegar con el paquete más competitivo posible al inicio del curso.

La primera pista en Sepang apunta a un buen comienzo para Yamaha, con dos motos en los dos primeros puestos, aunque en sus garajes aún hay mucho que probar, sobre todo en la parte de motor, de potencia pura, algo que lastró en muchos momentos a sus pilotos en 2019. Y un aspecto en que los demás han seguido trabajando. Ducati promete más caballos, aunque en esta puesta de largo han estado discretos, en un escenario en el que arrasaron hace un año.

Honda mantiene la pauta del último curso, a la espera de contar con el campeón en plena forma, mientras que Suzuki sigue con su paso a paso seguro, lo que permite seguir viendo a sus pilotos delante, sobre todo a Álex Rins, tercero en el arranque de la pretemporada y al que se le va a exigir un punto más en 2020, después de estrenar su palmarés de victorias en MotoGP en la pasada campaña. Las otras dos marcas, Aprilia y KTM, apuntaron a una mejoría que les podría acercar a las otras cuatro fábricas, encabezados ambos proyectos por los hermanos Espargaró, Aleix tirando del carro de la casa italiana, Pol de la austríaca. El test de Sepang se prolongará dos días más, con la presencia de Jorge Lorenzo en pista el domingo como punto de especial interés, mientras se intenta interpretar cómo puede pintar la temporada que está a punto de comenzar.