Mandan las Aprilia y sufre Pecco Bagnaia

A la cita en Indonesia llegaban tocados, además del ilerdense, Álex Rins, Enea Bastianini, Luca Marini y, sobre todo, Marco Bezzecchi, que era el que tenía su lesión más reciente, ya que el pasado sábado se fracturaba la clavícula derecha entrenando y el domingo pasaba por el quirófano. El italiano aterrizaba en la isla de Lombok solo unas horas antes de arrancar los primeros entrenamientos del gran premio e iba a la clínica del circuito donde le daban el visto bueno médico para subirse a su Ducati. Solo cinco días después de operarse lograba una heroica tercera posición en la tabla de tiempos, y eso a pesar de una caída sin consecuencias en el primer libre.

El pupilo de Valentino Rossi, tercero en discordia en la lucha por el campeonato, se aferra a sus opciones de título en un fin de semana de dolor: «Sé que mañana va ser más duro y voy a tener que gestionar mucho mi potencia para el sprint y para el domingo, ya veremos, pero espero que la adrenalina y el espíritu de las carreras puedan ayudarme».

Si el héroe de la jornada era Bezzecchi, su compatriota Pecco Bagnaia se convertía en el villano, muy a su pesar y en el buen sentido de la palabra. Y es que el vigente campeón de MotoGP erraba en su único intento de vuelta rápida este viernes, se iba largo en una curva y se quedaba fuera de las diez primeras posiciones que daban acceso directo a la Q2. Un lío que podrá resolver el sábado si acaba en una de las dos primeras posiciones de la Q1, en una repesca de mucho nivel, con hasta cuatro Ducati en liza.

Y mientras Bagnaia seguía dando síntomas de nerviosismo e inseguridad, Jorge Martín mantenía el nivel que en los últimos grandes premios le ha permitido remontar 63 puntos al líder. El español dominó el FP1 de la mañana y terminó quinto por la tarde, logrando el objetivo de estar en la Q2 donde se ponen en juego las cuatro primeras filas de parrilla. «Pasar por la Q1 es ya un error porque llegas a las Q2 con un neumático menos y con más presión, pero yo creo que habrá sido un error puntual y mañana lo resolverá», valoraba el madrileño el pinchazo de su rival.

Los que no fallaron fueron Aleix Espargaró y Maverick Viñales, que lideraron la jornada del viernes en unas condiciones de poco agarre en pista (lo normal en trazados con poco uso como el de Mandalika) y donde las Aprilia siempre funcionan bien. A priori las motos de Noale son las favoritas en este gran premio, pero conforme avance el fin de semana y rueden las motos, el asfalto ira cogiendo goma y aparecerán las todopoderosas Ducati como bien sabe el mayor de los Espargaró: «Siempre mejoran mucho del viernes al sábado, y dan otro paso el domingo, así que veremos».

El otro español que se ganó su sitio directo en la Q2 fue Marc Márquez, que dio un paso adelante con el neumático blando y fue capaz de meterse sexto. Viendo la clasificación del viernes, el ilerdense volvió a hacer milagros con la Honda, ya que sus tres compañeros de marca acabaron en las cinco últimas posiciones. Y eso que regresaba al mismo circuito en el que el año pasado sufrió una de las peores caídas de su carrera deportiva, que le provocó un episodio más de diplopía o visión doble. «En la curva que me caí instintivamente he dejado todavía algo de margen pero tendré que ir incrementando el riesgo en ese punto durante el fin de semana», explicó. Riesgo controlado para Márquez en pista y liberación fuera de ella una vez resuelto su futuro en 2024.