A menudo se dice que el motociclismo no es un deporte de contacto, donde inevitablemente existe el contacto. Tan inevitable como poco recomendable, teniendo en cuenta las velocidades a las que se compite en MotoGP y la propia idiosincrasia del vehículo en cuestión, sin ningún ... tipo de carrocería que proteja al piloto ante un impacto. Cualquier toque entre pilotos es analizado con lupa por el Panel de Comisarios, el órgano sancionador del campeonato, que trata de aplicar justicia siempre bajo el telón de fondo de la seguridad.
El expiloto Freddie Spencer, doble campeón del mundo de 500 cc en los años ochenta, es el máximo responsable del Panel de Comisarios, cargo en el que estará hasta el final de la vigente temporada, cuando será sustituido por el también expiloto Simon Crafar. Durante su mandato, el americano siempre ha estado en el punto de mira por la falta de consistencia en las sanciones. Aunque ese es un problema intrínseco en cualquier arbitraje, ya que siempre hay una parte de interpretación del reglamento, a menudo subjetivo, y difícilmente genera unanimidad.
El último ejemplo se vivió el pasado domingo en el Gran Premio de Emilia-Romaña con el adelantamiento que dio la victoria a Enea Bastianini sobre Jorge Martín. Una maniobra en la que el italiano impactó de lleno con el español, al que echó fuera de la pista. ¿Acción sancionable? Según el criterio del Panel de Comisarios, no. Pero, cuanto menos está en esa inmensa zona gris del reglamento ya que, si la Ducati de Martín no está ahí, Bastianini no habría podido hacer la curva.
Teniendo en cuenta que una de esas reglas no escritas en el mundo del motorsport dice que en la última vuelta de una carrera el reglamento se vuelve más laxo, la acción recordó a otras del pasado. Algunas tan míticas como sendos adelantamientos en la última curva del circuito de Jerez que tuvieron como protagonistas a Valentino Rossi y a Marc Márquez, y como 'víctimas' a Sete Gibernau y a Jorge Lorenzo. En ambos casos no hubo sanción, ni tampoco gestos de cordialidad de los derrotados, que rechazaron dar la mano a su 'verdugo'.
En Misano, Martín mostró su descontento con un corte de mangas mientras cruzaba la línea de meta, aunque ya en la vuelta de honor saludó a Bastianini y después, en el parque cerrado del podio, pidió perdón por su gesto. Lo que no cambió fue su punto de vista sobre el incidente, por el cual el italiano debería haber sido sancionado, al menos, cediendo una posición. Se situaron del lado del de San Sebastián de los Reyes pilotos como Aleix Espargaró o Marc Márquez. Mientras que otros como Pecco Bagnaia y Pedro Acosta consideraban que la acción estaba bien arbitrada. Misma acción, interpretaciones distintas.
Al rojo vivo
Más allá de la polémica, el Mundial de MotoGP volvió a teñirse de rojo Ducati en el circuito Marco Simoncelli de Misano. Los pilotos de la fábrica boloñesa coparon las cinco primeras posiciones el domingo. Además, la victoria de Bastianini suponía la número cien de la marca en MotoGP, una cifra centenaria que solo Honda y Yamaha habían llegado antes. Y, por si fuera poco, Ducati conquistó el título de constructores con seis carreras de margen. El quinto entorchado consecutivo de una moto que está marcando una dinastía en el motociclismo. Lo que todavía no ha asegurado matemáticamente es el título de pilotos, aunque virtualmente ya se le puede adjudicar, porque el primer piloto no Ducati, Brad Binder, es quinto a 176 puntos cuando quedan 222 por disputarse.
Ya se sabe desde hace varias semanas, o meses, que el Mundial va a ser una suerte de 'Copa Ducati' en la que hay cuatro actores implicados. Dos grandes favoritos, Martín y Bagnaia, y otros dos 'outsiders', Bastianini y Márquez. El madrileño salió reforzado de la segunda cita en el circuito de Misano, después de un segundo puesto que valía su peso en oro con la caída de Bagnaia. 24 puntos separan a los dos contendientes, mientras que los secundarios están a 59 y 60, respectivamente.
La lucha por el título se está viviendo como una montaña rusa entre Martín y Bagnaia, que está haciendo la goma en las últimas carreras. El italiano acumula tres ceros en su casillero por caídas en carreras de domingo. Una cifra similar a la del español, aunque en su caso son dos caídas más el error garrafal del pasado GP de San Marino cuando entró en el pit lane a cambiar de moto, aunque aquel día sumó un punto.
Pareciera que ninguno de los dos quiere ganar el Mundial, aunque lo cierto es que cada carrera que pasa la tensión aumenta y los nervios están a flor de piel. Y más en este momento de la temporada, cuando el campeonato viaja a otras latitudes y las carreras se disputarán en otros husos horarios y en condiciones mucho más exigentes. Quedan seis pruebas, cinco de ellas fuera de Europa y un título que podría no resolverse hasta la última carrera del año en Valencia.
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