Un balón de oxígeno para Honda

En todas las sesiones que se disputaron, tanto Márquez como Joan Mir estuvieron en el top 10. En la calificación ambas Honda se alinearon en la segunda fila de la parrilla, solo por detrás de las Ducati. En el sprint del sábado, Márquez logró su primer podio en seis meses, y aunque el domingo en la carrera se cayó cuando tenía el podio a tiro, remontó hasta la novena posición. Al otro lado del box, Mir volvió a puntuar un domingo otros seis meses después, con una quinta posición muy celebrada en su lado del box.

Para el balear, este paso adelante estaba relacionado con el pasado test de Misano, donde pudo rodar y entender la moto un día entero sin estar pendiente del crono: «Di muchas vueltas y pude entender qué necesita esta moto para ser rápidos, pero el equipo también empieza a entender mis virtudes como piloto y cómo hay que explotarlas». En el caso de Márquez, la explicación tenía más que ver con el diseño del circuito: «Es parecido al de Austin, porque hay un muchas de curvas de 'stop and go', donde puedes enderezar la moto rápidamente y acelerar desde primera. El punto débil de esta moto es cuando tienes que acelerar en curvas rápidas de inclinación. En circuitos así podemos estar a la altura de las mejores motos».

La caravana de MotoGP ya vuela dirección a Japón, donde este fin de semana vuelven las carreras. Y en ningún sitio mejor que en casa de Honda para entender si lo del Gran Premio de India fue un punto de inflexión en el proyecto o solo un espejismo provocado por un trazado favorable. Como ya ocurrió, por cierto, en el mes de abril, cuando Álex Rins ganó en el circuito de Texas.

Cuando se dice que el mítico circuito de Motegi es la casa de Honda, se habla en sentido literal, ya que la compañía nipona construyó este trazado en 1997. Sin duda, es un gran premio especial para la marca del ala dorada y donde acostumbra a viajar la plana mayor de la corporación. Así que, si hay algo que decir de cara a 2024, debería anunciarse aquí.

Desde hace meses, Marc Márquez juega al despiste cuando habla de su futuro. Tiene contrato con Honda para el próximo año, pero no ha escondido que ha coqueteado con otras fábricas y que incluso tiene «plan A, plan B y plan C» para 2024. En su día dijo que tomaría la decisión entre los grandes premios de la India y Japón, es decir, esta semana. Aunque después de la carrera del pasado domingo, seguía sin soltar prenda. «Está claro que se tienen que hablar cosas, se tiene que seguir construyendo el proyecto y mejorando. Pero este fin de semana ayuda muchísimo a todo el proyecto; un balón de oxígeno, de aire fresco, y eso ayudará».

Ducati ya le ha abierto las puertas. O más bien, no le ha puesto trabas a que fiche por la estructura independiente Gresini Racing, que corre con motos italianas y donde compartiría box con su hermano Álex. Una teoría que gana peso conforme pasan los días y que muchos ya dan por hecha en el paddock. Aunque tampoco se descarta su continuidad en Honda, ya que un contrato faraónico como el que firmó en su día no sería tan fácil de romper.

Honda ya dejó escapar al único piloto que ha ganado este año con su moto, el ahora lesionado Álex Rins, que correrá en Yamaha la próxima temporada. Pero la salida de su mayor icono en la competición supondría un mazazo sin precedentes para una compañía que busca renacer de sus cenizas, con o sin Marc Márquez, cuando su proyecto en MotoGP pasa las horas más bajas de su historia.