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borja gonzález
Montmeló
Viernes, 4 de junio 2021, 16:42
Sin tregua, solo cinco días después de la disputa de las carreras del Gran Premio de Italia, el Mundial de motociclismo volvió a la acción, aunque con la significativa buena nueva de la presencia de espectadores en las gradas del Circuito de Montmeló, pocos, unos ... 3.200, aunque suficientes para romper la dinámica comenzada en 2020 de ausencia de aficionados, en lo que es un aperitivo de los más de 20.000 que se espera puedan presenciar las carreras de este domingo. De hecho, es el primer circuito español que va a albergar público, tras las experiencias en el pasado curso en Misano (Italia) y en Le Mans (Francia), algo que por ahora está previsto repetir en Países Bajos el último fin de semana de junio, y ya en agosto en Austria. La vuelta paulatina a la normalidad. Normalidad que en la parte deportiva volvió a enseñar el poderío de las Ducati a una vuelta.
Y es que hasta los últimos diez minutos de la sesión andaban ocupando la cabeza las Yamaha, sobre todo la de Franco Morbidelli, probablemente el más sólido del viernes, pero también las del líder Fabio Quartararo y la de Maverick Viñales, la Suzuki de Joan Mir, la KTM de Miguel Oliveira, otro que hizo un gran trabajo en clave carrera, e incluso las Honda de Marc Márquez y Pol Espargaró. Hasta que con neumáticos nuevos irrumpió Johann Zarco, que puso a la Ducati al frente de la tabla, en un grupo de los diez mejores (los que provisionalmente estarían en la Q2) en el que se colaron Pecco Bagnaia, Jack Miller y el novato Enea Bastianini, y del que desaparecieron pilotos como Oliveira, Márquez y Mir. El del Repsol Honda terminó en el puesto quince, con el campeón en título un puesto por detrás.
«Me he encontrado bien, pero es verdad que el resultado no lo dice», reconocía Mir, que no contará con la información de su compañero de equipo, Álex Rins, operado este viernes de la fractura de radio que sufrió este jueves en un accidente en bicicleta cuando entrenaba sobre el mismo asfalto del trazado catalán. «Si tienes un problema al final con el neumático con el que todo el mundo baja un segundo, pues está claro que vas a estar atrás. Con neumáticos usados creo que somos uno de los más fuertes, no estamos para nada mal, pero sí que es verdad que hay que ver el problema que ha pasado para que no ocurra mañana, es importante. Ya normalmente sufrimos con neumáticos nuevos, como para encima tener un problema extra en este caso…». Un problema que su equipo deberá solucionar para este sábado por la mañana, para el tercer entrenamiento libre, donde se dilucidará definitivamente quiénes son los diez mejores que se ahorrarán el trámite de la repesca de la Q1.
En cuanto a Márquez, Honda evidenció una vez más sus problemas a una vuelta, salvados en la primera jornada del gran premio por Pol Espargaró por los pelos, con un décimo puesto, una situación, la de la moto japonesa, que viene de 2020 y con la que el de Cervera se ha encontrado desde su reaparición. «Está claro que estamos en una situación crítica y que yo tampoco estoy en la mejor situación personal y profesional para ayudarles ahora mismo», aceptaba Márquez.
«Si estuviera en plena forma se podría luchar por podios y victorias, pero costaría bastante más que en 2019. Sería difícil y es ahí donde estamos trabajando. Está claro que todos los pilotos Honda estamos sufriendo, pero todos estamos trabajando. Somos un equipo, para lo bueno y para lo malo. Ahora toca sacar lo mejor de cada piloto y lo mejor de Honda. Honda es Honda, confío en ellos y seguramente le vamos a dar la vuelta a la situación, porque por ganas y empeño no será». Y es que la parte física sigue siendo un lastre para Márquez un mes y medio después de volver a la acción. «Imagina si se hace duro verme así que también se me hace duro a mí… Al final es entender y no ilusionarte con cosas ficticias, sino ser realista y eso no te llevará a la frustración. Son cosas fáciles de decir y difíciles de hacer. Un futbolista se puede poner sus botas, coger un balón y dar toques para entrenar normal. Para nosotros la única oportunidad que hay de rodar con una MotoGP es hacerlo en un gran premio, con cámaras y en competición. Hay que aceptarlo, porque creemos que es la mejor opción para llegar al nivel en que lo dejamos. Este proceso tiene que pasar y ojalá que pase lo antes posible, pero está claro que es duro. Es duro, pero lo tengo que aceptar», se resignó Márquez.
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