Viñales y Yamaha sellan definitivamente su divorcio

El malestar se hizo aún más notorio cuando las dos partes comunicaron tras la prueba de Assen, en el inicio del parón veraniego, que no iban a hacer efectivo el año de contrato que les vinculaba para 2022. Con un pie fuera de Yamaha, en el regreso de la competición, llegó el giro de guion definitivo.

Tras una horrible carrera en el Gran Premio de Estiria, que comenzó con un problema en la M1 de Viñales que le forzó a salir desde el 'pit lane', Yamaha sorprendió con la comunicación de que suspendía a su piloto para el siguiente fin de semana, el Gran Premio de Austria que se iba a disputar en el mismo circuito: la telemetría de la moto, y las posteriores imágenes una de las cámaras que esta equipaba revelaba que el piloto había maniobrado de manera irregular, algo que según Yamaha había puesto en peligro el motor, y tanto a Viñales como al resto de competidores. El sábado, el de Roses entonaba el mea culpa a través de la televisión, aunque las disculpas no fueron suficientes para Yamaha.

El siguiente capítulo llegó el lunes: Aprilia oficializaba que Viñales iba a ser el compañero de Aleix Espargaró en 2022. Y este viernes el que debería ser el último: las dos partes decidían romper el contrato que les vinculaba hasta el final de esta temporada. Se confirma así el cierre de cuatro años y medio de vínculo con un saldo de ocho victorias, 24 podios y trece 'poles'. A Viñales le tocará ahora esperar a que comience la pretemporada 2022 para subirse a la Aprilia, a no ser que la marca italiana dé el último giro de tuerca a su tortuoso 2021 y haga que se subja ya a su moto para el final de este curso.