Jesús Gutierrez
Valencia
Domingo, 26 de noviembre 2023, 19:06
Pecco Bagnaia no falló en el día D y se coronó por segunda temporada consecutiva en Valencia. Esta vez lo hizo desde lo alto del podio, como los grandes, y luciendo el número 1 en el carenado de su Ducati. El italiano era merecido campeón ... del mundo de MotoGP porque fue el mejor del año, que no el más rápido, y supo templar los nervios cuando más le apretaba su rival. Porque Jorge Martín no merecía un final como el de Valencia. En una carrera que estuvo condicionada por un error propio en la segunda vuelta y que terminó en drama por otro fallo en la sexta vuelta, en la que se llevó por delante a Marc Márquez y entregó en bandeja el título a Bagnaia cuando todavía quedaban 22 por delante.
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Después de ganar el sprint del sábado, Jorge Martín todavía albergaba la esperanza de dar la vuelta al campeonato, y el circuito Ricardo Tormo había hecho suyo el lema del 'sí, se puede'. Se respiraba aroma de jornada histórica y de remontada. Aunque muy pronto todo cambió. Una sanción de tres posiciones al poleman Maverick Viñales había dejado al frente de la parrilla a Bagnaia, que defendía su posición en la salida mientras que Martín remontaba desde la sexta plaza a la segunda en solo una vuelta. En la segunda vuelta el madrileño ya acechaba al líder y en el inicio de la tercera, preparando el ataque a Bagnaia, se iba largo en la curva 1 y volvía a pista octavo.
Aunque el español se dejaba buena parte de sus opciones en ese momento, volvió a pista con intención de rehacerse. Pero ahí se notó que los nervios estaban a flor de piel. Primero tuvo una batalla con Viñales donde se repasaron en un par de ocasiones mientras Martín negaba con la cabeza. «No he entendido muy bien por qué estaba tan peleón cuando supuestamente era uno de mis aliados», comentaba después en caliente el de San Sebastián de los Reyes. Era el preludio del drama total, porque cuando por fin se deshacía del de Aprilia, en la sexta vuelta embestía por detrás a Márquez y los dos españoles se iban por los suelos. «Podría ser un día de tristeza, rabia o dolor, pero siento felicidad porque esto es solo el inicio. Creo que me quedan muchos años para pelear por el campeonato», proclamaba Jorge Martín.
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Tras la caída de Martín, Pecco Bagnaia era automáticamente campeón del mundo de MotoGP y le mostraban en la pizarra el mensaje «Martín out». Y ahí el italiano se relajó. Hasta ese momento había mantenido el liderato de la carrera y sin esa tensión, en las vueltas siguientes le pasaron las dos KTM de Brad Binder y Jack Miller. Pero ambos cometieron sendos errores cuando lideraban, primero el sudafricano, que se fue largo; y más tarde el australiano, que se fue al suelo a falta de nueve vueltas dejando vía libre a Bagnaia.
Era el día de gloria para el de Turín, que en las últimas vueltas empezó a sentir el aliento en el cogote de dos Ducati que se acercaban. Johann Zarco y, sobre todo, Fabio Di Giannantonio, que hasta la última curva acechó al jefe de filas de la marca. Finalmente, tras 27 vueltas, 20 carreras, 19 sprint y ocho meses de competición, Pecco Bagnaia cruzaba la línea de meta en primera posición, honrando de la mejor manera posible su segundo título en la clase reina. «Era algo que soñaba con conseguir al menos una vez en mi vida. Sé que no era necesario y era hasta inútil pelear por la victoria, pero era mi sueño», reconoció el italiano.
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En la vuelta de honor, Bagnaia celebró con la afición su segundo título de MotoGP, que es el tercero en su palmarés, ya que en 2018 también ganó el de Moto2. Y en el podio le acompañaron dos Ducuti, en otro triplete de la fábrica italiana en su temporada más arrolladora. Sin embargo, casi una hora más tarde a Di Giannantonio le imponían una sanción de tres segundos por exceder la presión mínima del neumático, lo que situaba a Binder como tercer clasificado.
Como siempre la última cita de Valencia dejaba alguna despedida, como la de Pol Espargaró, que no estará en la parrilla en 2024 y que demostró su pundonor hasta el final. El catalán se fue al suelo a cuatro vueltas del final, pero se volvió a subir a su moto y quiso completar la carrera para decir adiós a MotoGP con la bandera de cuadros. También fue muy emotivo el adiós de Marc Márquez de Honda, tras 11 años de éxitos y seis títulos mundiales. Aunque el de Cervera no terminó su andadura como habría imaginado: «No nos hemos despedido de la mejor manera, porque no quería que mi último recuerdo con la Honda fuera una volada, pero nos llevamos el podio de ayer (por el sábado) en el sprint y quién sabe si en un futuro nos volveremos a ver». Márquez dejaba abierta la puerta a Honda, justo dos días antes de subirse por primera vez a la Ducati.
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