Una carrera, tres estados de ánimo

Y es que Brno sacó a la luz la versión más demoledora de Lorenzo. Con el neumático trasero de su gusto, con una pista en buenas condiciones, con la moto con la puesta a punto correcta, el nuevo líder de la general se convierte en una máquina de calcar vueltas. En los primeros diez giros del domingo fue constante en un rango de tiempos entre el 1'56"0 y el 1'56"5. Con esto llevó su ventaja sobre Márquez por encima del segundo y medio; a Rossi lo tenía ya por entonces a más de siete segundos de distancia. Este margen le permitió aflojar un poco en la segunda mitad de prueba hasta fijar un cómodo ritmo al que sus dos principales rivales tampoco pudieron llegar. «Creo que a nivel de concentración estoy muy bien, y cuando me encuentro muy bien encima de la moto y puedo marcar mi ritmo para los demás es incómodo seguirme», había comentado Lorenzo el sábado tras conseguir la 'pole'. Ese mismo día por la mañana, tras el tercer libre, el de Yamaha había marcado un tiempo medio segundo mejor que el de Márquez, siendo además el primero y único piloto en bajar al 1'55". Terminado ese entrenamiento una sonrisa en la cara delató la satisfacción del piloto, consciente de que podía estar ante un gran fin de semana, como así fue.

Si Lorenzo y Rossi fueron un poco los dos reversos de la moneda -añadiendo en este caso que compiten con la misma moto, lo que ayuda a las comparaciones-, Márquez fue el que se quedó en el canto: sin estar eufórico sí que estaba satisfecho con el resultado. «Al empezar la carrera un muy buen objetivo era un segundo puesto porque pensaba que Valentino me lo podía poner complicado y sabía que si tocaba la lotería podía ganar, porque Lorenzo estaba un paso por delante», reconoció el de Cervera que, pese a esto, quiso mantener su premisa de pelear en cada momento hasta el límite, lo que en determinadas ocasiones terminó dejándole con un cero en el casillero. «He intentado presionar a Jorge cuando estaba a un segundo o segundo y medio de él, pero era imposible. Estaba muy fuerte». Márquez y Rossi son conscientes de que cuando se trata de pelear en ritmo de carrera, si Lorenzo está en el punto óptimo, es muy complicado derrotarle. Por eso, el panorama ideal para los dos es el de encontrarse con carreras en las que pasen cosas. «No sólo por el Mundial, y no sólo porque me interese, que me interesa, pero prefiero que haya movimiento, porque es lo bonito del motociclismo. La de hoy (por el domingo) no ha sido una carrera divertida. No me gusta, prefiero adelantamientos y movimiento. También por el bien del campeonato».

      Brno cumplió con el guión perfecto para Lorenzo, un guión algo incómodo para Márquez y mucho para Rossi. La siguiente parada será la de Silverstone, cita para la que el italiano anticipó el dominio de los dos españoles, sobre todo el de su compañero de equipo, en un circuito no perfecto pero sí que más favorable para la Honda que el checo. Y en un trazado en el que la climatología puede jugar un papel protagonista. Ese puede ser uno de los elementos que genere el movimiento que Márquez y Rossi necesitan para frenar a la versión imparable de Lorenzo.