Agridulce regreso al podio de Rabat

«Hemos hecho una buena salida, unas buenas primeras vueltas, pero cuando el neumático se ha venido abajo no podía conducir como yo sabía. A la mínima que forzaba un poco e intentaba ir por la buena línea siempre la moto se cerraba de delante o patinaba demasiado de detrás. No podía pasar rápido por la curva. Tenía que frenar tarde para acelerar pronto». Todo esto empezó a sentirlo Rabat a mediados de carrera, justo en el momento en que Jonas Folger -piloto del equipo del popular Karlos Argiñano- aprovechaba uno de los muchos sustos que su moto le dio para pasarle y empezar a abrir un pequeño hueco. El alemán empezaba así a construir su segunda victoria del año.

Con Folger con margen por delante, las amenazas empezaron a llegarle a Rabat desde atrás. Primero Álex Rins, que tras una mala salida cayó del segundo al séptimo puesto, y fue mejorando vuelta a vuelta hasta llegar a rueda de Rabat; después el líder de la general, Johann Zarco, que tras pasar undécimo en la primera vuelta fue remontando hasta entrar en la pelea por el podio. Una pelea que se resolvió en la famosa última curva de Jerez: Rins pagaba la inexperiencia y metía la moto a Rabat golpeando su rueda trasera; el novato en Moto2 terminaba por los suelos y el campeón se veía obligado a abrir la trazada, dejando espacio suficiente a Zarco para cazar un segundo que le consolida al frente de la general de la categoría.

Rabat se tenía que conformar con ser tercero. «Son carreras de motos. Tenemos ganas, todos somos fuertes, todos queremos ganar y hacemos lo que podemos. Esto es un poco también el espectáculo de las carreras», justificaba Rabat a Rins, que nada más terminar le había pedido disculpas. «Está claro que no queremos rellenar el podio. Queremos estar en lo más alto», confesaba el campeón tras su agridulce primer podio de 2015.