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DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
MADRID
Domingo, 12 de diciembre 2021, 16:35
El final de la primera era híbrida de la Fórmula 1 coincide también con el final del reinado de Lewis Hamilton o, al menos, un paréntesis. Después de cinco títulos consecutivos a los que hay que sumar dos más previos, el británico ha encontrado su ... piedra de toque en uno de los pilotos con más talento que ha visto la competición.
Max Emilian Verstappen nació apenas un mes antes de que la temporada 1997 de Fórmula 1 tuviera su fin en Jerez. Aquel año, Michael Schumacher y Jacques Villeneuve se jugaron el tipo literalmente, con un golpe del piloto de Ferrari sobre el de Williams que acabó con aquel fuera de carrera y, a la postre, descalificado por la FIA, en una de las conclusiones más caóticas y recordadas de la historia de la competición. En aquel caldo de cultivo, el prometedor Jos Verstappen vio nacer a su primogénito en Bélgica, de donde era la madre de la criatura. Años después, Max superó a Jos.
El hijo llegó donde el padre jamás hubiera soñado y lo ha hecho convirtiéndose en un ídolo para la generación a la que pertenece. Quienes se aficionaron escuchando y viendo en youtube las historias de Senna y Prost, de Schumacher y Hill, Villeneuve o Hakkinen, aquellos que eran niños que apenas levantaban dos palmos cuando Lewis Hamilton irrumpió en la Fórmula 1 batiéndose con el mismísimo Fernando Alonso, ahora han entendido qué supone tener a un piloto al que idolatrar.
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DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
La figura del bicampeón español y el recién proclamado rey de la Fórmula 1 en 2021 tienen innegables paralelismos. Ambos llegaron a la competición con la vitola de ser grandes diamantes, muy jóvenes y con la certeza de que tarde o temprano serían campeones. Verstappen, como antaño Alonso, ha destronado a todo un heptacampeón del mundo para iniciar lo que puede ser un cambio de ciclo que dure varios años.
Max Verstappen se ha convertido en un ídolo de millones de personas por un carácter que no deja indiferente. Su agresividad dentro y fuera de la pista le ha costado infinidad de sanciones, algo que ha sido permitido (cuando no fomentado) por la propia FIA. El 'dejar hacer' de los jueces de la competición y en especial de Michael Masi, director de carrera, propició que Verstappen fuese cada vez una pulgada más allá. No es casual que este 2021 se resolviera de la manera tan controvertida como lo ha hecho.
Pero no es nada nuevo. Una de las imágenes que acompañará a este piloto siempre será la de ese empujón a Esteban Ocon, cuando este estaba en Force India (actual Aston Martin) después de un polémico toque que tuvieron en el GP de Brasil de 2018. La que podría haber sido una victoria memorable del neerlandés se marró por culpa del galo, y este recibió la furia de su rival ante las cámaras de todo el mundo. La sanción al final no fue tanto y se resolvió con una jornada con los comisarios de carrera y servicios para la comunidad. A efectos prácticos, una regañina.
Y es que el apodo de 'Mad Max' no es sólo una evidente metáfora cinematográfica, es una realidad. Su llegada a la Fórmula 1 ya fue un huracán: Mercedes y Red Bull se pelearon por él hasta que la apuesta de Helmut Marko, que se dio cuenta de la joya que tenía delante, subió hasta cotas insospechadas: le ofrecieron un asiento en Toro Rosso. A Carlos Sainz le tocó bregar con semejante compañero al lado, aunque le duró lo justo. En la cuarta cita de la temporada 2016, con solo una temporada y cuatro carreras disputadas en el equipo B, le ascendieron al primer equipo, Red Bull. Su respuesta: victoria en su estreno, en el GP de España. Ahí se confirmó que iba a encaminado irremediablemente a la gloria, que no era un prometedor piloto que se quedó en nada.
Durante este tiempo ha habido que sujetarle. Ha trabajado con psicólogos, su entorno también ha fomentado que rebajase las iras y ha ido cuidando una imagen que, con el paso del tiempo, se ha asentado. En este 2021 ha sido el gran dominador, pero el arreón final de Hamilton le hizo temer que podía perder el título. Pero no: se defendió con uñas y dientes, redibujando los límites de la deportividad para asentarlos a su favor muchas veces.
Queda por ver qué será de él en el futuro. Todo apunta a que este es el primero de muchos, y quizá llegue un momento en el que, como pasó con Schumacher y Hamilton, llegar a la frontera de los siete Mundiales sea cuestión de tiempo. Ahora mismo, él está un paso más cerca… y quizá esté naciendo en estos días el que le vaya a disputar el octavo. La Fórmula 1, como la vida, es cuestión de ciclos y comienza ahora el de Max Verstappen.
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