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David Sánchez de Castro
Madrid
Viernes, 6 de septiembre 2019, 17:02
Ser aficionado de Ferrari es una forma de vida. Es, posiblemente, la única escudería que entiende la pasión de sus fans de una manera más futbolera. Se puede ser proclive a animar a otros equipos, pero quien es tifosi del Cavallino, lo es con una ... pasión inaudita. No en vano, Monza está considerado como un templo insustituible en el calendario de la Fórmula 1 (acaba de renovar hasta 2024, tras esquivar otro año más las dudas por su continuidad). Por eso, tras lo sucedido este viernes, es normal que haya un optimismo contenido entre los que apoyan a Charles Leclerc y Sebastian Vettel.
Hay mucha presión autoimpuesta entre los fans. Les duele mirar el historial reciente del circuito que consideran su casa y ver que hay que remontarse a 2010, con un Fernando Alonso que levanta tantas pasiones como odios en los corazones tifosi, para ver la última victoria de un Ferrari en Monza.
Por eso todas las esperanzas están puestas en Charles Leclerc. El ganador del GP de Bélgica ha arrancado el fin de semana como acabó el anterior: al frente. Tanto con la pista mojada de la primera sesión como seca de la segunda, Leclerc fue el piloto más rápido de la parrilla, al menos a una vuelta. No es casual que funcionase en Spa de manera impecable y que también lo haga en el trazado italiano: ambos comparten la necesidad de potencia como una condición sine qua non ganar o conseguir un buen resultado es impensable.
No obstante, Mercedes promete batalla. La decepción de hace unos días ha pesado mucho en la escuadra alemana, que ha visto cómo Ferrari le ha superado en uno de los aspectos donde más destacaban en años anteriores. Lewis Hamilton dejó claro que el ejército rojo no lo tendrá tan fácil, y a las 68 milésimas que le separaron del mejor crono de Leclerc se une un ritmo de carrera en tandas largas muy superior de las flechas plateadas.
La zona media está mucho más repartida. Con un Verstappen que saldrá desde el fondo por montar una nueva especificación de motor Honda en su Red Bull, la alternativa de un Alex Albon que aún se está acostumbrando a las hechuras del mono del primer equipo se plantea como una auténtica incógnita. No obstante, no desentonó, ni mucho menos, este viernes.
La lluvia sí dejó alguna víctima. En la primera sesión de libres disputada en mojado hubo tres banderas rojas, protagonizadas por Räikkönen, Pérez y Gasly. El mexicano fue el peor parado, ya que dio con su Racing Point contra el muro y lo tuvieron que reparar, con el consecuente trabajo extra para los mecánicos. Serán las condiciones de la pista las que marquen en buena medida las opciones de todos los pilotos, tanto para bien como para mal.
Y es que en esa primera tanda de libres, los inesperados puestos de los pilotos de McLaren dan alas a quienes apuestan por ellos si hay una carrera caótica. La sesión matutina acabó con Leclerc al frente, seguido por Sainz y Norris. Ver para creer.
Una de las grandes novedades del equipo McLaren en este fin de semana ha estado en el garaje. Fernando Alonso, por primera vez desde el año pasado, se pasó por un Gran Premio para volver a vestir los colores del conjunto británico. Atento a todo lo que ocurría a su alrededor, el español estuvo muy pendiente no sólo de lo que ocurría en pista, sino sobre todo del comportamiento de Lando Norris y Carlos Sainz en las dos tandas, especialmente porque las condiciones de pista no eran del todo propicias.
Desde el momento en el que acabó la primera tanda de libres con Sainz y Norris, muchos en el paddock bromeaban acerca del papel como talismán del asturiano. La foto del español y el británico segundo y tercero tras Leclerc dejó muchas bromas entre los presentes, si bien el rendimiento del MCL34 entró dentro de lo esperado en cuanto se calmó la situación. En la segunda sesión, con un Lando Norris con problemas por una fuga de aceita y un Sainz rondando el décimo puesto, se vio el mismo coche que estuvo en Bélgica.
Las condiciones previstas para el sábado son casi seguro de seco (hay un 20% de probabilidad de lluvia) pero el domingo hay muchas variables. El 70% de posibilidad de chubascos ha decrecido ligeramente, pero todo apunta a que en cualquier caso habrá un asfalto más frío del que están acostumbrados los pilotos en Monza. Sin agua en la pista ni situaciones complejas, McLaren pasará los mismos problemas que hace unos días en Bélgica. En una carrera a una parada, si es en seco, tampoco habrá mucho margen a la sorpresa.
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