Un 2021 de transición antes de una nueva era en la Fórmula 1

Vayan por delante o no tanto, lo cierto es que la alternativa volverá a ser Red Bull. Max Verstappen estrena compañero, el mexicano Sergio Pérez, que rompe totalmente con la filosofía de la escuadra de las bebidas energéticas después de los fiascos de Pierre Gasly, mucho más feliz en AlphaTauri, y de Alex Albon, defenestrado tras año y medio más que decepcionante. El RB16B, una evolución del coche anterior, dejó muy buen rendimiento en los test y confirmó que si los de Mercedes fallan, ellos van a estar ahí.

Estas son dos de las grandes certezas en un Mundial lleno de incógnitas en los equipos. McLaren, con el nuevo motor Mercedes, o Ferrari, cuya no tan escondida sanción en 2020 le destrozó, aspiran a asentarse en la pelea por los podios, junto a ese Aston Martin heredado de Racing Point en el que Sebastian Vettel quiere recuperar el lustre tras su paso infructuoso por Maranello. La lucha por el cajón se disputará entre ellos, aunque con una mirada puesta en 2022.

Y es que este 2021 es de transición en muchos aspectos. La pandemia que coloca un asterisco en todas las citas anunciadas en el calendario (la vacunación será clave, como en el resto de ámbitos de la sociedad) ya movió a la próxima temporada el gran cambio normativo. Eso implica que muchos equipos dividirán sus esfuerzos para hacer evolucionar sus monoplazas de este año pero con muchos de sus efectivos trabajando en el siguiente.

Para España este es un año de muchos regresos. El primero es el de la propia Fórmula 1 al Circuit de Barcelona-Catalunya, algo que no estaba nada claro en 2020 y que con una negociación a última hora se salvó. Será, como casi siempre, en mayo. También se produce la vuelta al cariño hacia Ferrari con el fichaje de Carlos Sainz, sin duda uno de los grandes acontecimientos de este año y que garantiza, al menos, un lugar potencialmente ganador, no para este año (mucho salto sería con respecto a 2020), pero sí para los siguientes. Su lucha con Charles Leclerc, la gran joya de Maranello, garantiza muchas horas y líneas de análisis y, posiblemente, de polémica si se ven pugnando por la zona alta de la tabla.

Todos estos puntos de interés desde el punto de vista español quedan en un segundo o tercer plano con respecto a la vuelta más sonada, ya no de un español sino de un deportista admirado (y también odiado) por toda la afición mundial: Fernando Alonso Díaz. El bicampeón mundial regresa dos años y medio después de dejarlo tras un 'erasmus' en otras categorías en las que ha aprendido y recuperado el hambre y la pasión por la Fórmula 1. Será en Alpine, la Renault rebautizada que quiere volver a ser referente a medio plazo.

Alonso aterriza en una casa conocida, Enstone, que recupera el color azul de sus mejores años aunque con tonos más metalizados. El A521 es un monoplaza que en los test se mostró fiable, pero quizá no tan rápido como los más optimistas esperaban. No es un coche ganador, pero tampoco es un monoplaza que le haga sufrir. Si Daniel Ricciardo y Esteban Ocon, que será su compañero, subieron tres veces al podio en 2020, nada hace pensar que Alonso no pueda repetir semejante gesta y acabar así con más de un lustro vacío en su palmarés en la Fórmula 1, que no en otras competiciones.

Alonso será, con permiso del sempiterno Kimi Räikkönen, el veterano de una parrilla con 'rookies' ilustres. La presencia de novatos como el japonés Yuki Tsunoda en AlphaTauri, una de las grandes joyas de la incansable cantera nipona, del esperanzador Mick Schumacher y de su polémico compañero Nikita Mazepin garantizan miradas a esa zona menos noble de la parrilla a la que muchos no miran demasiado. En este 2021 aprenderán por las buenas o por las malas que la Fórmula 1 no es un lugar apto para los que no trabajan y no se les permitirá desmanes como en la F2, donde los tres protagonizaron acciones más propias de la efervescencia de la juventud que de la gloria de la máxima categoría del automovilismo mundial. Para ellos también será una temporada de transición, pero no tanto en lo técnico, que también, sino en un salto de niños a futuribles campeones del mundo.